Las Misiones Orientales

Una de las consecuencias de la expulsión de los jesuitas, en 1769, fue la ruptura de la unidad de los 30 pueblos históricos de las Misiones guaraní-jesuíticas. Parte de ellos quedaron bajo la administración de Asunción y otra bajo el control de Buenos Aires. Pero 7 de ellos serían ocupados por la fuerza por el imperio luso-brasileño, en 1801 y, desde entonces, se convertirían en un foco permanente de conflicto en la región.
Será el Comandante General Andrés Guacurarí y Artigas quién intentará recuperar esos pueblos durante su gobierno en Misiones. Luego de haber recuperado los pueblos de Concepción y Candelaria, en 1816 Andresito emprendió un gran ataque sobre las Misiones Orientales, pero fue derrotado en el sitio de San Borja y debió replegarse.
En 1819, intentó un nuevo ataque, siendo otra vez vencido y, esta vez, capturado por el enemigo.