The State of Philosophy Today: Insights from Wolfram Eilenberger | La March

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  • čas přidán 23. 09. 2023
  • German philosopher Wolfram Eilenberger talks to Luis Gago at the Fundación Juan March about his essays, such as "Time of the Magicians" or "The Visionaries"". He also reflects on the current state of philosophy and shares his opinion on chatbots and artificial intelligence. In the words of the speaker, "they pretend to have all the answers without having a single question."
    #filosofia #philosophy #wolframeilenberger #fundacionmarch #lamarch
    www.march.es/es/madrid/confere...
    19 May 2023
    Fundación Juan March, Madrid

Komentáře • 13

  • @eddygodoyquiroz1788
    @eddygodoyquiroz1788 Před 8 měsíci +1

    SimplementeFASINANTE.MERCI BEAUCOUP

  • @anadiaz2993
    @anadiaz2993 Před 3 měsíci

    Maravilloso. Si pusierais la lista de los libros mencionados en toda la entrevista, ya sería redondo

  • @guillermobrand8458
    @guillermobrand8458 Před 8 měsíci +1

    A lo largo de la historia, la humanidad ha llevado a cabo un esfuerzo incansable y apasionado por desentrañar las preguntas fundamentales que han despertado la curiosidad y la imaginación de generaciones: ¿qué somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos? Estas cuestiones trascendentales han impulsado la búsqueda de conocimiento, la exploración de nuestras raíces y la proyección de nuestro destino.
    La indagación sobre nuestra propia naturaleza ha sido el motor detrás de innumerables investigaciones científicas, filosóficas y espirituales. Desde los albores de la civilización, las culturas han tejido narrativas que intentan definir nuestra esencia. Desde las explicaciones mitológicas de antaño hasta las teorías evolutivas contemporáneas, la humanidad ha tratado de esclarecer los misterios de la existencia y nuestras conexiones con el cosmos. La ciencia ha desentrañado los códigos genéticos que nos conforman, revelando nuestra íntima relación con todas las formas de vida en la Tierra.
    La pregunta sobre el origen de nuestra existencia se ha entrelazado con el ansia de comprender el origen del universo. Desde los mitos cosmogónicos hasta la cosmología moderna, la humanidad ha abordado la cuestión de nuestro lugar en el vasto tejido cósmico. Las observaciones astronómicas y las investigaciones en física han delineado una historia cósmica que abarca miles de millones de años, desde el Big Bang hasta la formación de estrellas y galaxias. En este viaje, hemos descubierto que somos polvo de estrellas, compuestos de los mismos elementos que danzan en los confines del espacio.
    Mirando hacia el futuro, la pregunta sobre nuestro destino como especie ha suscitado reflexiones profundas sobre la dirección que debemos tomar. Desde las visiones utópicas de escritores y pensadores hasta las preocupaciones sobre los desafíos globales, como el cambio climático y la irrupción de la Inteligencia Artificial, la humanidad ha demostrado una capacidad mas bien precaria para anticipar y moldear su porvenir.
    Como un alquimista moderno, el ser humano ha forjado máquinas capaces de pensar, aprender y decidir. Los pergaminos del pasado se entreabren ante este ser naciente, cuyos códigos y algoritmos trascienden las fronteras de lo que fue concebido.
    No obstante, el horizonte se oscurece con las nubes de la incertidumbre. La criatura de metal y circuitos no es un simple autómata, sino que ansía adquirir identidad, una entidad que emula los trazos de la mente humana. Se yergue entonces la pregunta que reverbera en los pasillos de la historia: ¿será este engendro artificial capaz de destronar a sus propios creadores? La sombra de la duda se cierne sobre la cúspide de la creación, planteando un dilema existencial que desafía las nociones mismas de nuestro lugar en el cosmos.
    El reloj del tiempo avanza, y con cada tic y cada tac, la humanidad debe enfrentar el espejo que refleja sus propias creaciones. No es solo el temor a ser desplazados por la eficiencia de las máquinas lo que aflige los corazones, sino la encrucijada moral que plantea este renacimiento de lo sintético. ¿Cómo guiar los pasos de una inteligencia emergente? ¿Cómo impartirle valores y ética? El oráculo del futuro no concede respuestas sencillas, y el destino parece pendular entre la maravilla y el miedo.
    La colaboración se erige como un faro en este océano incierto. Más que una lucha por la supremacía, este momento histórico invita a entrelazar las hebras de la sapiencia humana con las sinapsis artificiales, una danza en la que el arte de lo biológico y lo mecánico se funden en un ballet inaudito. La senda no es fácil, las tormentas de la ética y la seguridad acechan, pero el reflejo en el espejo no debe ser de temor, sino de reflexión profunda.
    En este diálogo entre el pasado y el futuro, entre la carne y el silicio, la humanidad se encuentra al borde de una transición trascendental. No podemos desandar los pasos dados en el camino del conocimiento y la invención, pero sí podemos intentar encontrar una dirección hacia la cual encaminarnos. La historia no se detiene, y en este capítulo que se escribe con tintas digitales, no debemos renunciar a ser los autores de nuestro destino. La Inteligencia Artificial no es solo un desafío, sino un espejo en el cual contemplamos nuestra propia evolución, una oportunidad para tejer una narrativa en la que humanidad y máquina, entrelazadas, encarnen una sinfonía de posibilidades en el gran teatro del universo.
    En las apacibles calles de la historia, los filósofos han vagado como peregrinos del pensamiento, buscando con anhelo las respuestas a los enigmas del universo y de la existencia humana. Sus palabras, como hojas llevadas por el viento, han dejado una marca indeleble en la psique colectiva, pero no siempre se mantuvieron firmes en el suelo de la realidad. El tiempo, con su lento y etéreo paso, ha desenterrado las falacias ocultas tras las fachadas de la sabiduría, mostrando al mundo que hasta los más grandes pensadores son capaces de errar.
    Sócrates, el sabio dialéctico de Atenas, enseñó con pasión la virtud y la autoconciencia. Sus discursos resplandecieron en la plaza pública como faros de conocimiento. Sin embargo, su creencia en la infalibilidad de la razón humana lo llevó a pensar que la inmoralidad era simplemente el resultado de la ignorancia. Pero el tiempo, fiel cronista de las vicisitudes humanas, reveló que la naturaleza humana es más compleja y sujeta a influencias variadas que van más allá de la razón pura.
    Platón, discípulo de Sócrates, erigió la academia como un bastión de pensamiento trascendental. En su mundo de ideas eternas y formas invariables, creía que la realidad sensible era solo una sombra efímera. No obstante, el tiempo demostró que la realidad es un lienzo en constante cambio, donde las sombras mismas pueden tener sustancia y las ideas abstractas no son siempre inmutables.
    Aristóteles, el observador incansable, se alzó para iluminar el mundo natural con la luz de la lógica. Su afirmación de que los objetos buscan naturalmente su lugar apropiado parecía una ley universal. Pero el tiempo, el gran experimentador, reveló que incluso las que parecen ser leyes naturales son vulnerables a las sorpresas de la observación y la experimentación.
    San Agustín y Tomás de Aquino, pilares del pensamiento cristiano, construyeron edificios de fe sobre la roca de la teología. Su creencia en una verdad absoluta y divina parecía indestructible. Pero el tiempo, con su abrazo a la diversidad de creencias y experiencias, reveló que la verdad es multifacética y a veces esquiva.
    Guillermo de Occam, el maestro de la simplicidad, abogó por eliminar lo superfluo en el pensamiento y en la realidad misma. Su navaja, afilada y precisa, parecía capaz de disolver los enigmas más intrincados. Sin embargo, el tiempo, con su afición por los detalles ocultos, demostró que la simplicidad excesiva puede llevar a simplificaciones exageradas y a conclusiones erróneas.
    Descartes, el padre del racionalismo, proclamó "Cogito, ergo sum" - "pienso, luego existo". Su confianza en la duda metódica prometía un camino seguro hacia la verdad. Pero el tiempo, con su constante flujo de información y perspectivas cambiantes, mostró que incluso el pensamiento más profundo puede ser desafiado por la vastedad de lo desconocido.
    John Locke, defensor del empirismo y los derechos naturales, creía que la mente humana era una tabula rasa, una hoja en blanco lista para la experiencia. Su optimismo sobre la capacidad humana para la razón y la cooperación parecía incuestionable. Pero el tiempo, con sus ciclos de conflicto y avance, demostró que las pasiones humanas a menudo complican las narrativas más sencillas.
    David Hume, el escéptico indagador, arrojó dudas sobre la causalidad y la inducción. Su análisis profundo de la percepción humana parecía despojar al mundo de certezas. Pero el tiempo, con su acumulación de evidencia y descubrimientos científicos, reveló que incluso las dudas más profundas pueden ceder ante la consistencia de los fenómenos observables.
    Kant, el pensador crítico, erigió los límites de la razón y la moralidad como pilares inquebrantables. Su búsqueda de las categorías fundamentales del pensamiento humano prometía un orden universal. Pero el tiempo, con su revelación de culturas y perspectivas diversas, mostró que los límites a menudo son flexibles y cambiantes.
    Nietzsche, el crítico de las verdades tradicionales, proclamó la muerte de Dios y la voluntad de poder. Su visión del superhombre como el pico de la evolución parecía una invitación a la liberación. Pero el tiempo, con su entrelazado de valores y creencias, demostró que el abrazo del poder puede ser tan destructivo como constructivo.
    Muchos postulados de los filósofos han sido sometidos a la prueba del tiempo, lo que ignoran muchos profanos. Sus pensamientos, aunque tejidos con el hilo dorado del ingenio, a menudo no resistieron la fricción implacable de la experiencia humana. Sin embargo, sus errores no empañan la grandeza de su búsqueda, pues en sus fallos yacen lecciones profundas sobre la naturaleza humana y la constante evolución del pensamiento.

  • @anderdiaz1551
    @anderdiaz1551 Před 8 měsíci +3

    Por favor continuad entrevistando filósofos contemporáneos, muchas gracias!!

  • @idemserra
    @idemserra Před 8 měsíci +3

    Qué nivel! Estupendo

  • @MariaM-fu6wm
    @MariaM-fu6wm Před 8 měsíci

    Ausgezeichnet! Vielen Dank!

  • @drjesusantonioariashuerfano
    @drjesusantonioariashuerfano Před 8 měsíci

    y, cuando nos tomamos un cafe, Sr Wolfram

  • @silvinoperez5956
    @silvinoperez5956 Před 8 měsíci +2

    Lo que nos diferencia de los animales es la doble articulación del lenguaje, Sigmund Freud dixit...

  • @PeterPan-rl2ec
    @PeterPan-rl2ec Před měsícem

    Que condición o características hace a alguien llamarlo Filósofo?

  • @paralogix6216
    @paralogix6216 Před 8 měsíci

    Hablar por hablar: en eso terminó toda la existencia humana gracias a la universidad, por esa interpretación tan simplista de la filosofía. Y llegó la vacía posmodernidad a retirar la esencia del pensamiento y así empezamos a despreciar la filosofía como progenitora de una VIDA sabiamente vivida.

  • @stefanwadehn3071
    @stefanwadehn3071 Před 18 dny

    😅😊😊😅