EL PALMAR DE TROYA (BASÍLICA CRISTIANA PALMARIANA) - SEVILLA

En la campiña sevillana, donde ésta se une a las marismas del Guadalquivir, se encuentra la población de El Palmar de Troya, a unos 14 kilómetros al norte de Utrera, en la carretera nacional que va a Jerez de la Frontera.
Esta localidad surge en el cortijo de Troya, como asentamiento de jornaleros del campo y de los obreros, entre ellos presos políticos que tras la Guerra Civil construyeron el pantano de Torre del Águila, muy cerca de la población.
A unos dos kilómetros de El Palmar de Troya, por la carretera antes mencionada, se alza, imponente, desafiando la planitud del terreno, el espectacular templo de la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz.
Todo comienza en 1968 cuando cuatro niñas que jugaban en la finca de Alcaparrosa afirmaron haber visto a la Virgen. Miles de personas visitaron diariamente la finca, cada vez con más videntes que manifestaban recibir mensajes divinos. Uno de ellos fue Clemente Domínguez Gómez, que afirmaba recibir continuos mensajes de la Virgen del Carmen y del Padre Pío. Tras una evolución de distintas apariciones…, Dios y Jesucristo se comunican con él para decirle que dentro de la Iglesia iba a ocurrir un terrible cisma y le piden que funde una congregación, que se llamará la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz. Tras varios mensajes apocalípticos del mismísimo Dios y en una visión, es ordenado Papa por Jesucristo, poco después del fallecimiento de Pablo VI, viéndose único y legítimo sucesor de este Papa. Su nombre papal fue el de Gregorio XVII (1976-2005).
Le siguió Pedro II, nombre con el que gobernó Manuel Alonso Corral, amigo, desde el inicio, de Clemente Domínguez (2005-2011).
Tras su muerte, fue elegido su secretario de estado, Jesús Ginés. Adoptó el nombre de Gregorio XVIII, y en abril de 2016 dejó el papado palmeriano. Su sucesor fue y es el sacerdote palmeriano Joseph Odermatt, de origen suizo, que adoptó el nombre de Pedro III.
En 1976 se inicia la construcción de la Basílica de la Iglesia Cristiana Palmeriana de los Carmelitas de la Santa Faz, más conocida como Iglesia Cristiana Palmeriana, en El Palmar de Troya, en el lugar donde, decía Clemente, se le había aparecido la Virgen.
Gregorio XVII murió en 2005 sin ver terminado el “vaticano” que empezó a construir. A su muerte se paralizaron las obras de la basílica que diseñó el arquitecto utrerano Juan Luis de Quinta a semejanza de la del Pilar.
El tercer papa, Gregorio XVIII, remodela el templo. Esta remodelación incluye una hilera de estatuas en el frontispicio, siendo una de ellas la de Francisco Franco, que junto a Don Pelayo, Primo de Rivera, Colón o el Cardenal Cisneros, ocupan los altares palmerianos.
Las estatuas que coronan el templo son la parte más visible de las obras que dieron comienzo en 2013 y que han cambiado incluso el aspecto cromático de la cúpula, las naves y las nueve torres construidas de las doce inicialmente previstas según el diseño del papa Clemente. Del gris han pasado al blanco y marrón carmelitas, con los toques dorados de las coronas y aureolas de las esculturas, entre las que se distingue asimismo la del Creador o la Santa Faz.
En la explanada de la basílica se sitúan en el pórtico de entrada figuras en las que están representados los santos canonizados por la iglesia palmeriana. También aparece la figura del fundador de la orden, Clemente Domínguez.
La basílica se ubica en una superficie de 3.500 m2, rodeada de un muro de 600 metros de diámetro y cuatro de altura.
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