· THE CHOIR OF ALL SAINTS (Honiara, Islas Salomón) - «SOON MY LORD» · The Thin Red Line OST ·

Esta canción religiosa, interpretada por un coro anglicano de las Islas Salomón y de mensaje límpidamente universal, formó parte de la banda sonora de la película bélica «La Delgada Línea Roja» («The Thin Red Line»), estrenada en 1998.
PRONTO MI SEÑOR ME LLAMARÁ
¡QUÉ MARAVILLOSO DÍA DE REENCUENTRO!
VERÉ A AMIGOS Y SERES QUERIDOS
¡QUÉ MARAVILLOSO DÍA DE REENCUENTRO!
UNA RADIANTE MAÑANA
LEJOS VOLARÉ...
¡ALELUYA!
¡QUÉ MARAVILLOSO DÍA DE REENCUENTRO!
✴️ En febrero del año 1568, una expedición española al mando del joven Álvaro de Mendaña arribaba a las costas de un archipiélago del Pacífico al que bautizaron con el nombre de Islas Salomón. Aquellos navegantes, que habían partido del Perú, eran conocedores de relatos incas que hablaban de islas repletas de oro situadas hacia el oeste. Así, los españoles relacionaron aquellas islas con la bíblica región de Ofir, un próspero territorio de ubicación desconocida que durante años surtiera de cargamentos de riquezas al rey Salomón.
A bordo de aquella expedición - como capitán de la nao «Los Reyes» - se encontraba uno de los hombres más fascinantes de aquel siglo: Pedro Sarmiento de Gamboa. Sus mútiples desavenencias con Álvaro de Mendaña - general de la expedición por decisión de su tío, virrey (en funciones) del Perú - acabaron en la Real Audiencia de Lima. Aquella expedición parecía encaminada a "descubrir" y poblar lo que hoy día son Australia y Nueva Guinea pero las vacilantes decisiones de Álvaro de Mendaña lo impidieron. Así estaba escrito.
De la relación de aquella hazaña se extrae el siguiente acontecimiento: «Y para que entendiésemos que era Dios el que nos sacaba destos peligros, (...) quiso mostrarnos señal en el cielo y en la tierra. (...) Yendo de la manera dicha, a la vuelta de tierra vimos una estrella muy clara y resplandeciente, que parecía por derecho de la gavia mayor de la nao, y siguiendo por el derecho della, entramos en un puerto sin peligro alguno, y a la entrada dél vimos que de una montaña que estaba sobre la mar, toda la peña viva, cayó un pedazo della con mucha arboleda en el agua, haciendo gran terremoto y ruido. Y aunque en España se han visto algunas veces estrellas a mediodía, el verla nosotros en tiempo de tanta necesidad y sucedernos tan bien la entrada del puerto, es causa que lo tengamos por obra de Dios y que de su mano nos vino aquella guía, para acertar a entrar en el puerto».