Paco Ibáñez - Romance satírico [1967]

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  • čas přidán 20. 05. 2024
  • Pues me hacéis casamentero,
    Ángela de Mondragón,
    escuchad de vuestro esposo
    las grandezas y el valor.
    Él es un médico honrado,
    por la gracia del Señor,
    que tiene muy buenas letras
    en el cambio y el bolsón.
    Quien os lo pintó cobarde
    no lo conoce y mintió,
    que ha muerto más hombres vivos
    que mató el Cid Campeador.
    En entrando en una casa,
    tiene tal reputación
    que luego dicen los niños:
    "Dios perdone al que murió".
    Y con ser todos mortales,
    los médicos, pienso yo,
    que son todos veniales
    comparados al doctor.
    Al caminante en los pueblos
    se le pide información,
    temiéndole más que a peste
    de si le conoce o no.
    De médicos semejantes
    hace el Rey, nuestro señor,
    bombardas a sus castillos,
    mosquetes a su escuadrón.
    Si a alguno cura y no muere,
    piense que resucitó
    y por milagro le ofrece
    la mortaja y el cordón.
    Si acaso estando en su casa
    oye dar algún clamor,
    tomando papel y tinta
    escribe: "Ante mi pasó".
    No se le ha muerto ninguno
    de los que cura hasta hoy
    porque, antes que se mueran,
    los mata sin confesión.
    De envidia de los verdugos
    maldice al corregidor,
    que sobre los ahorcados
    no le quieren dar pensión.
    Piensan que es la muerte algunos;
    otros, viendo su rigor,
    le llaman el Día del Juicio,
    pues es total perdición.
    No come por engordar
    ni por el dulce el sabor,
    sino por matar el hambre,
    que es matar su inclinación.
    Por matar, mata las luces
    y, si no le alumbra el sol,
    como murciélagos viven
    a la sombra de un rincón.
    Su mula, aunque no está muerta,
    no penséis que se escapó,
    que está matada de suerte
    que le viene a ser peor.
    En que se ve tan famoso
    y en tan buena estimación,
    atento a vuestra belleza
    se ha enamorado de vos.
    No pide le deis más dote
    que ver que matéis de amor,
    que en matando, de algún modo,
    para en uno sois los dos.
    Casaos con él y jamás
    de viuda tendréis pasión,
    que nunca la misma muerte
    se oyó decir que murió.
    Si lo hacéis, a Dios le ruego
    que gocéis con bendición;
    pero si no, que nos libre
    de conocer al doctor.
    Autoría: Francisco de Quevedo / Paco Ibáñez
  • Hudba

Komentáře • 1

  • @mercedesvalle1818
    @mercedesvalle1818 Před měsícem +1

    Grande, grande, grande, Don Francisco de Quevedo, que tan claramente habla del doctor, el matador.