Sent la Creu 2021

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  • čas přidán 21. 02. 2021
  • La basílica de Santa María del Mar de Barcelona ha acogido este domingo la quinta edición del acto 'Siendo la cruz'.
    Después de las experiencias anteriores con las cruces de Lampedusa, Mosul (Irak), Camboya y Bangassou (República Centroafricana), se ha hecho presente esta vez la de San Clemente, procedente de Venezuela y vinculada históricamente a la primera Misa celebrada en América del sur hace casi cinco siglos.
    Hemos escuchado dos testigos. El primero, al inicio del encuentro, ha sido el de una chica de 24 años, Paola, que llegó a Barcelona, ​​desde Venezuela buscando un futuro mejor. Ha explicado su experiencia ligada a la necesidad de ayudar a su familia desde Cataluña.
    El segundo ha sido el cardenal venezolano Balthasar Porras. En la homilía ha resumido la historia de la cruz de San Clemente, un icono "de paz y encuentro entre culturas y sensibilidades". Ha subrayado que "la pandemia del Covid y otros problemas son causados ​​por los hombres, y no llegan por un castigo de Dios, para que el ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor".
    "Siendo la cruz" ha sido una rica celebración juvenil y meditativa, con música, testimonios, presencia de elementos culturales de Venezuela y sobre todo la Eucaristía, presidida por el cardenal Juan-José Omella, arzobispo de Barcelona, ​​y concelebrada por el mismo cardenal Balthazar Porras, arzobispo de Mérida (Venezuela) y administrador apostólico de Caracas, los también obispos venezolanos Raúl Biord Castillo, salesiano, titular de la diócesis de la Guaira, y Tomás-Jesús Zárraga, retirado desde hace unos años en la Cartuja de Tiana (Barcelona), además de los auxiliares de Barcelona Sergi Gordo, Toni Vadell y Xavier Vilanova.
    La liturgia fue combinada con mensajes de proximidad con "el sufrimiento del pueblo venezolano, pero también de las Filipinas, de Senegal, de Irak y de muchas otras naciones", como ha recordado el arzobispo de Barcelona.
    Terminada la Eucaristía, los jóvenes y todos los presentes han participado en una adoración a la cruz y han recibido cada uno una reproducción pequeña de este mismo símbolo de las dificultades y las injusticias que sufren los venezolanos.

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