Bullworth

Muchos podrian afirmar que
Bullworth es
(como todo pueblo)
imposible de definir.
Puede ser
lo etéreo que todo espera.
Esa mezcla reminiscente
de sueño febril
y lugar común.
Tambien
aquella vaga
y extraña sensación
de incertidumbre,
el ajetro constante de vias invisibles
en los años que pasamos
a través del centeno.
Bullworth es
lo inerte
de sus estatuas alegóricas
y lo fugaz
como el esquivo recuerdo
de tiempos
(un poco)
más simples,
donde el otoño
era más que hojas pisadas
adornando nuestras huellas.
Bullworth es,
como aquel verano que parecia interminable
del que poco se habla ya,
quizá porque todo aquello
jamás fue nuestro.
Desvanecido como
esas tardes
perdidas y conquistadas,
descalzos
en el cordón de la vereda,
el olor a graffiti
a aceite de cadena,
a polvora disipada en el aire,
a un tatuaje temporal descascarándose en la piel,
o coleccionar bolitas cromadas
sin saber muy bien para qué.
Pero nadie puede negar que
Bullworth es mas que
aquel viejo motel que ya nadie frecuenta,
o los vapores grises del parque industrial,
siempre será
(como todo pueblo del que anhelas huir)
el punto al que irremediablemente vuelves
una
y otra vez,
sin importarte que
de alguna forma,
luzca
más
y más
pequeño.
Invitame a un ☕: cafecito.app/francocornalo
#ambient #rockstargames #2006

[@FrancoCornalo]

Muchos podrian afirmar que
Bullworth es
(como todo pueblo)
imposible de definir.
Puede ser
lo etéreo que todo espera.
Esa mezcla reminiscente
de sueño febril
y lugar común.
Tambien
aquella vaga
y extraña sensación
de incertidumbre,
el ajetro constante de vias invisibles
en los años que pasamos
a través del centeno.
Bullworth es
lo inerte
de sus estatuas alegóricas
y lo fugaz
como el esquivo recuerdo
de tiempos
(un poco)
más simples,
donde el otoño
era más que hojas pisadas
adornando nuestras huellas.
Bullworth es,
como aquel verano que parecia interminable
del que poco se habla ya,
quizá porque todo aquello
jamás fue nuestro.
Desvanecido como
esas tardes
perdidas y conquistadas,
descalzos
en el cordón de la vereda,
el olor a graffiti
a aceite de cadena,
a polvora disipada en el aire,
a un tatuaje temporal descascarándose en la piel,
o coleccionar bolitas cromadas
sin saber muy bien para qué.
Pero nadie puede negar que
Bullworth es mas que
aquel viejo motel que ya nadie frecuenta,
o los vapores grises del parque industrial,
siempre será
(como todo pueblo del que anhelas huir)
el punto al que irremediablemente vuelves
una
y otra vez,
sin importarte que
de alguna forma,
luzca
más
y más
pequeño.

[@Giovannigiop3]

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[@edward28ish]

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