Potes - Cantabria en 4K

Al suroeste de Cantabria, en la confluencia de los cuatro valles de la Comarca, donde se unen los ríos Deva y Quiviesa se encuentra Potes, capital de Liébana. Desde 2019 pertenece al selecto club de los pueblos más bonitos de España.
Su situación, al abrigo de los macizos de Peña Sagra, Peña Labra y los Picos de Europa, le concede un microclima más cálido y seco que el resto de Cantabria.
La villa se documenta desde el siglo VIII en las crónicas de Alfonso III, jugando un papel importante en la resistencia cristiana contra los musulmanes. Posteriormente, su historia gira en torno a la Torre del Infantado, siendo escenario de luchas medievales entre las poderosas casas de los Mendoza y los Manrique. Primero estuvo vinculada a la Casa del Marqués de Santillana, y más tarde a la del Infantado.
El nombre de Potes procede de Pontes o puentes. Es conocida como la villa de los puentes y de las torres. Sus barrios se enclavan a lo largo de las riberas. Un paseo por sus callejuelas empedradas nos transporta a otra época, con rincones de gran belleza y casonas populares. No hay nada mejor que perderse por la zona vieja, en particular por el barrio de la Solana, y los puentes de San Cayetano y de la Cárcel, construidos sobre el río Quiviesa.
La villa es el centro neurálgico del turismo de la comarca lebaniega, con un potente sector servicios. Su gastronomía, de gran fama, se basa en los productos de la comarca: hortalizas, legumbres, maíz, patatas.
Atravesando los arcos de la calle del Sol se accede al barrio colgante, con sus viviendas perchadas sobre el río Quiviesa. El Puente de San Cayetano es de estructura medieval de los siglos XIII o XIV, con el habitual perfil de lomo de asno y un solo ojo semicircular. Cerca de él hay un antiguo molino.
Es uno de los rincones más pintorescos, donde vemos la Torre de Orejón de la Lama del siglo XV, de planta cuadrada y adosada a otras edificaciones. En la actualidad es sede del Museo de la Brujería, la Tortura y el Ocultismo. Cerca está Museo Cartográfico Juan de la Cosa
Desde allí recorremos la senda fluvial Deva-Quiviesa, admirando el pueblo desde una nueva perspectiva bajo el puente de San Cayetano, el puente Nuevo, continuando por el de la Cárcel hasta el de los Colegios, para terminar en Las Vegas.
Vemos como se funden el Quiviesa y el Deva, para continuar hacia el desfiladero de La Hermida, y la imponente silueta de la Torre del Infantado. Y tras superar el puente de los colegios, que une el Convento de San Raimundo con los colegios de Potes, disfrutamos de bellos rincones hasta llegar a Las Vegas.
En el barrio de La Solana las casas se han transformado en alojamientos turísticos. El encanto de cada callejuela con sus laberínticas calzadas de otras épocas, terrazas soleadas y bonitos rincones, nos adentra en un incomparable ambiente histórico.
Es uno de los barrios más emblemáticos, con estrechas callejas empedradas y pequeñas casas solariegas centenarias adosadas, donde se disfruta del sosiego del entorno y de la arquitectura popular cántabra.
La parte antigua, con sus particulares tradiciones, conserva un gran patrimonio arquitectónico religioso, civil y popular.
Destacan dos iglesias advocadas a San Vicente, una del siglo XIV, donde hoy su capilla de San Felipe Neri es un Centro de Estudios Lebaniegos y se encuentra la oficina de turismo.
A su lado está la iglesia neoclásica del siglo XIX, austera y fría, que fue construida por el crecimiento demográfico de la villa y el estado ruinoso de la anterior.
Restaurada tras la Guerra Civil, en su fachada principal tiene dos torres campanario de planta cuadrada a ambos lados y un frontón triangular clasicista. El resto del edificio es sobrio sin apenas decoración.
Junto a las dos iglesias, un monumento inaugurado en 1906 a la memoria de Jesús de Monasterio y Agüeros, nacido en Potes en 1836, da nombre a la plaza. Este gran violinista y compositor español, junto a Pablo Sarasate.
Del antiguo convento de San Raimundo, fundado a principios del siglo XVII, se conserva de la época la fachada y el sencillo claustro, sus retablos se trasladaron a la iglesia de San Vicente. Fue sede del Ayuntamiento y hoy acoge una exposición permanente sobre la comarca de Liébana y los Picos de Europa.
Desde el templete de la plaza Capitán Palacios, vemos la torre del Infantado, del siglo XV, que cumplió funciones estratégicas y militares. Es una casa-torre medieval de planta cuadrada y cuatro almenas. Sobre la puerta, de arco apuntado, tiene un balcón corrido con ventanales enmarcados por alfiz. Subiendo una escalinata de aire señorial se acede a la torre.
Tras su restauración se distribuye en cuatro plantas, terraza superior y sótano. En su terraza se disfruta de buenas vistas del entramado urbano de la villa, de la comarca lebaniega y de los Picos de Europa.
En el aire de Potes fluyen sus leyendas, imaginando tiempos pasados repletos de historia. Es un verdadero placer para los sentidos.