CASTAÑO DEL ROBLEDO - HUELVA

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  • čas přidán 19. 11. 2016
  • ¿Queréis emociones fuertes?. Es fácil conseguirlo; basta con visitar Castaño del Robledo en otoño. La gama cromática de los ocres es espectacular.
    Si nos adentramos en el corazón del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, tendremos la fortuna de tropezarnos con el precioso municipio de Castaño del Robledo, donde sus 211 castañeros nos mostrarán su amabilidad y hospitalidad.
    Castaño del Robledo es un ejemplo de fusión entre naturaleza y cultura.
    La riqueza medioambiental del municipio es pareja a la del Parque Natural, salvo algunas peculiaridades derivadas de su altitud (Castaño del Robledo es el municipio de la provincia de Huelva de mayor altitud, en torno a 740 metros), el tradicional cultivo del castaño y su orientación geográfica en las umbrías. El paisaje se fue transformando por la acción antrópica, produciéndose una paulatina sustitución del robledal existente en torno a la localidad por las plantaciones de castaño (ambos dan origen al topónimo de Castaño del Robledo), que parece ser que es una especie introducida en los tiempos de Roma.
    Aparte del bosque tradicional autóctono de encinas, alcornoques y quejigos, y de un matorral de coscojas, cornicabras y zarzaparrillas, se han introducido especies foráneas como el chopo, pino negral, pino piñonero y eucalipto.
    Castaño del Robledo quizás deba en parte su existencia al hecho de ser nexo de unión entre varias poblaciones cercanas, circunstancia visible en su trazado urbanístico, en cuyo caso confluyen los caminos a Jabugo, Santa Ana la Real, Fuenteheridos y Galaroza.
    Cuenta la tradición que Castaño del Robledo la fundaron en 1554 cinco vecinos de Aracena como aldea de ésta. El 27 de marzo de 1700, los procuradores de la aldea se reunieron en Madrid con Diego Felipe de Guzmán, señor de Aracena, consiguiendo el nombramiento de villa y la potestad para nombrar sus propios oficiales, justicias y miembros concejiles.
    Su núcleo urbano, encajado entre sierras, da una sensación de robustez e intemporalidad. Podemos destacar un núcleo de casas de arquitectura tradicional. Algunas de ellas, aquellas que se alzan en las calles del centro, fueron construidas entre los siglos XV y XVI, bajo los postulados del Renacimiento. Están blasonadas y sus portadas lucen piedra de sillería de canteras próximas. Una de ellas destaca por su portada de tradición mudéjar y ventana esquinera con doble vano.
    De su rico patrimonio podemos destacar la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, cuya iniciativa se atribuye al humanista Benito Arias Montano. Todos los elementos arquitectónicos de dicha iglesia se fueron construyendo de forma paulatina en el tiempo. Gente influyente del pueblo llegaron a participar en su construcción, tanto desde el plano profesional como de patrocinio.
    La Iglesia Inacabada, de estilo neoclásico, comenzó a construirse en la periferia del casco urbano debido al notable crecimiento de población durante el siglo XVIII. Su breve historia constructiva comienza en 1784, quedando en 1794 paralizadas las obras definitivamente. Dicho edificio es de estructura severa, casi militar. Hoy es un centro cultural y su nave principal, cubierta con bóveda de cañón, es el marco de exposiciones y actos sociales.
    La antigua costumbre romana de colocar mojones en las calzadas, o montones de piedra o las imágenes de sus dioses protectores de viajantes y comerciantes, fue heredada por el cristianismo. Por ello, se levantaron cruces en los caminos, que a la vez de indicadores cumplieron una finalidad religiosa, al permitir al viajero solicitar la protección divina. Así surgen los humilladeros, pequeñas capillitas de sillares labrados, de planta cuadrangular o rectangular. Fiel a la tradición, en los tres caminos que fueron más transitados, es decir los de salida hacia Galaroza, Jabugo y Santa Ana la Real, se ubicaron los humilladeros del Señor, Cruz del Calvario y Ermita de la Virgen del Rosario, respectivamente.
    Pasear por sus calles, reluciendo el blanco de la cal; visitar la Plaza del Álamo, la Fuente del Barrio y la de la Mazorca; degustar sus productos típicos en “El Dornillo” o en la “Maricastaña” son placeres que no podemos perdernos, como el disfrutar de la fiesta de la castaña, que tiene lugar durante el puente de la Constitución.
    Fue un lujo compartir la jornada con los amigos de Castaño de Robledo. Les prometimos una visita en invierno ya que el municipio, nos dijeron, se viste de un verde intenso que será precioso recoger en próximos vuelos. Volveremos.
    (Nota: algunas y imágenes y/o vídeos han podido ser cedidos por amigos y colaboradores del canal. Siempre sin ánimo de lucro).
  • Zábava

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