LA PEÑUELA (NIEBLA) - HUELVA

Nuestra amiga y compañera niebla nos acompañó el pasado invierno en más de una ocasión, aportando ese poquito de halo misterioso con su tupido y húmedo velo. Y eso precisamente nos ocurrió cuando una fresca mañana visitamos La Peñuela, una humildísima pedanía del histórico municipio onubense de Niebla.
En las imágenes podemos apreciar esa densa niebla y el grado de humedad que se detecta en el ambiente, con un paisaje dominado por un precioso verde. Y entre la niebla y el verde observamos la alargada y dispersa silueta de esta aldea iliplense de 19 habitantes (peñoleros).
La Peñuela se encuentra a unos 10 kilómetros al norte de Niebla y no lejos de Valverde del Camino y de Candón (pedanía de Beas), en la comarca onubense del Condado, una tierra llana donde el paisaje está dividido principalmente entre plantaciones de viñas, cereales y olivos. Y La Peñuela no está exenta de este paisaje, de hecho esta pedanía adquiere hoy un reconocido prestigio gracias a su excelente aceite de oliva virgen extra producido por la Cooperativa del Campo Virgen de Fátima.
Esta actividad olivarera de exportación, con las técnicas más modernas al uso, es de fechas más recientes. Durante los varios siglos de existencia de La Peñuela sus escasos habitantes siempre han vivido apegados a la tierra, con una agricultura de subsistencia, donde los colonos de los baldíos buscaron un sitio donde aderezar sus moradas y fijar sus hogares. En la Geografía de la provincia de Huelva escrita en 1895 por Emilio José Rodríguez, se reseña la existencia de caseríos en La Peñuela. Por entonces, Niebla apenas superaba los 1.500 habitantes y La Peñuela era un humilde caserío.
En las imágenes observamos La Peñuela de hoy, desparramada por sus campos, con un disperso y alargado caserío de casas encaladas con tejados rojos, atravesado por la única vía, la carretera comarcal HU-4101, que enlaza con Candón en una dirección y con la carretera HU-3106 (Niebla-Valverde del Camino) en la otra.
La Peñuela, situada a 66 m de altitud, está atravesada perpendicularmente a su eje longitudinal por el arroyo de la Peñuela, que justo al lado desemboca en el arroyo Candoncillo (cuenca del río Tinto). Además, junto al núcleo de población circula una vereda de carne, el antiguo Cordel de Portugal, que sigue evocando un tiempo de tránsito y trashumancia de ovejas churras y merinas llegadas de tierras portuguesas.
En un suave recorrido por la aldea nos detenemos un poco más en una especie de plaza triangular con vehículos aparcados, que es el punto donde se aglutina un mayor número de viviendas. En este lugar se encuentra el Círculo Cultural Agrario y la iglesia rural dedicada a San Antonio, con la categoría de Parroquia.
La primera ermita fue levantada por el sacerdote valverdeño D. José Manuel Moya, en un molino de sus antepasados. Posteriormente, en 1945, edificó la actual iglesia el párroco de Valverde, D. Jesús Mora.
Consta de una sola nave, dividida en tres tramos y presbiterio, separados por arcos apuntados transversales, y cubierta a dos aguas. La iluminación se verifica por ventanas estrechas, de arcos apuntados. El acceso exterior es apuntado y doblado, sobre el que se abre un óculo. Rematando el conjunto, sobre el pretil del tejado a dos aguas, unos suaves aletones enlazan con una pequeña espadaña, de un solo vano apuntado, con campana y vertiente a dos aguas, con cruz de forja. En una hornacina lateral del presbiterio se venera la figura de San Antonio de Padua, escultura de madera policromada de 0,73 m.
Precisamente San Antonio de Padua es el Patrón de La Peñuela y en su honor se celebran las tradicionales fiestas de finales de abril, también asimiladas como propias por la ciudadanía de Niebla.
Y acabamos este paseo neblinoso por La Peñuela en este espacio triangular.