El Faro de Mara Torres | Carolina Iglesias | 15/06/2022

La infancia de Carolina Iglesias está fuertemente marcada por el rechazo y la soledad, sentimientos que afloraban cuando cruzaba las puertas del instituto. No encontró refugio entre sus iguales, pero sí en Paco, el orientador: "Yo me metía en su despacho para sentirme tan protegida como en mi casa. Los orientadores no te solucionan la vida, pero te escuchan y te entienden".
Y, efectivamente, donde realmente encontraba la paz era en casa, tanto en la suya como en la de sus abuelos maternos, que se mudaron a Oleiros para estar cerca de ella. De su abuela, que era costurera, guarda camisas que se pone a diario, y de su abuelo barbas de ballena porque fue cocinero en un barco pesquero. Pero la mejor herencia que le han dejado son los recuerdos: "Mi abuelo estuvo ausente como padre, pero lo compensó siendo el mejor abuelo", le ha contado a Mara Torres. Él era un hombre frío, al que no educaron en las muestras de cariño, pero aprendió a decir te quiero: "Cuando me vine a Madrid a estudiar me mandaba sms diciéndome te quiero y lo hacía siempre a la misma hora, a las 22:05. Posiblemente esa puntualidad le quedó grabada de su trabajo en el mar".
En este trayecto que hemos hecho por sus vivencias, también hemos hecho una parada en la televisión para recordar sus tardes en casa viendo '¡Ala...Dina!', la primera serie de comedia que vio en su vida, y galas musicales como la de 'La Gran noche de Raphael': "Raphael me encanta y fui a verle en la Zarzuela cuando vine a Madrid. Gané una entrada que sorteaban en la página del club de fans porque, como la mayoría de su público es mayor y no controlan tanto internet, había menos competencia", ha contado entre risas mientras cantaba 'Como yo te amo'.