Basílica de Santa María la Mayor en Roma - Italia en 4K

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  • čas přidán 16. 08. 2020
  • La Basílica de Santa María la Mayor se eleva sobre una de las colinas de la ciudad de Roma. Fue erigida por el Papa Sixto III entre el 432 y el 440, un siglo después.
    La fachada barroca romana actual es de Ferdinando Fuga, encargada por Benedicto XIV en 1743. En la parte superior del pórtico está la gran “Logia de las Bendiciones”, con tres arcos divididos por columnas, culminados por una balaustrada con estatuas de santos y papas, y con la Virgen con el Niño en el centro.
    Su campanario románico de 75 metros es el más alto de Roma, con cinco campanas.
    El atrio, tras subir las escaleras, tiene una logia con bellos mosaicos de Risuti, junto a parte de la antigua fachada, representando el nacimiento de la Basílica de Santa María Mayor, con el milagro de la nieve sobre la colina del Esquilino en pleno mes de agosto, tras aparecerse la Virgen al Papa con indicaciones para su construcción, diseñándose la planta por la milagrosa nevada.
    En el centro del atrio está la puerta realizada en 1937, decorada con relieves en bronce de la Encarnación, y a la izquierda la Puerta Santa del Santo Sepulcro de Jerusalén. También una estatua de Felipe IV de España, benefactor de la basílica. En 2018 su nueva iluminación también fue financiada por España.
    Ha tenido nombres variados, como Santa María de las Nieves, Santa María Liberiana, Santa María del Pesebre y por último Santa María la Mayor.
    Mide 85 metros de largo y está dividida en tres naves con dos filas de 42 columnas de capiteles jónicos. Entre las columnas y las ventanas de la nave central hay 27 paneles con escenas del Antiguo Testamento de época romana.
    En su interior se muestran las etapas más importantes del arte cristiano en Roma, desde el paleocristiano hasta el barroco. Restaurada y reformada en el siglo XVIII, conserva el campanario, algunos mosaicos y suelos de mármol medievales y columnas jónicas de edificios de la antigua Roma, junto a mosaicos paleocristianos del siglo V, estando el principal en el Arco de triunfo, con escenas de la vida de la Virgen María y del Niño Jesús.
    La decoración del techo a casetones es del Renacimiento, con diseño de Giuliano da Sangallo y finalizado por su hermano Antonio, con el primer oro que llegó de la América, regalo de los Reyes Católicos.
    El suelo tiene pavimentación de mosaico realizada por Cosmas y ofrecida a Eugenio III en el siglo XII por dos nobles romanos. El gran mosaico del ábside es medieval del siglo XIII y las cúpulas, junto a las capillas, son del Barroco.
    La basílica albergó al principio la Gruta de la Natividad, recreando el lugar del nacimiento de Cristo, y depositándose en el siglo VII las reliquias del Pesebre, con piezas de madera traídas de Tierra Santa. Ahora están en la cripta de la confesión en una preciosa urna de cristal y plata en forma de cuna.
    El dosel que se eleva sobre el altar central fue realizado por Fuga. El imponente y hermoso baldaquino solo lo usa el pontífice y algunos sacerdotes escogidos, incluyendo al arcipreste. Sus columnas pertenecieron a Villa Adriana. La tumba de Bernini, es poco visible en el primer escalón del presbiterio.
    El 5 de agosto, fiesta de la Virgen de las Nieves, en la misa tiene lugar una lluvia de pétalos blancos durante el canto del "Gloria", sobre la zona del altar desde una abertura del techo, conmemorando la milagrosa nevada que dio origen al templo.
    La Capilla Sixtina, encargada en 1580 por Sixto V, está dedicada al Santísimo Sacramento para custodiar el antiguo Oratorio del belén, representación escultórica de la Natividad.
    El altar, situado en el centro de la capilla, es obra de Sebastiano Torregiani, con cuatro ángeles que sostienen el ciborio que representa el modelo de la misma capilla.
    En las paredes principales están las tumbas de Sixto V y de Pío V.
    Simétrica, a la izquierda de la nave, está la Capilla Paulina, adornada con mármoles antiguos con tumbas de Pablo V, Clemente VIII y algunos miembros de la familia Borghese.
    Allí está la imagen de la Virgen más querida por los romanos, la de “Maria salvación del pueblo romano”, un icono bizantino, datado entre los siglos VIII y XII, con María llevando en brazos al Niño Jesús, que bendice con una mano y con la otra sostiene el libro de los Evangelios.
    La Capilla Sforza, de planta elíptica y un espacio rectangular para el altar, diseñada por Miguel Ángel, fue construida por Giacomo della Porta entre 1564 y 1573. El cuadro sobre el altar es del Siciolante y representa la Asunción de la Virgen.
    En la Capilla Cesi hay frescos de Sermoneta, la Capilla del Crucifijo está decorada con diez columnas de pórfido rojo y además del crucifijo del siglo XV se conservan muchas reliquias.
    La estatua de la Regina Pacis, realizada por Guido Galli, fue encargada por Benedicto XV como acción de gracias al acabar la primera guerra mundial. La Virgen sentada denota tristeza.
    Está Basílica está considerada como la más grande dedicada a la Virgen María en Roma, siendo una de las cuatro basílicas mayores de la ciudad.

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