TESTIGOS DE SU MISERICORDIA -SERIE 9o. ANIVERSARIO CHCSJ - SAN BUENAVENTURA - RNájera/Lau/AGarcía/CV

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  • čas přidán 7. 09. 2024
  • 9NO. ANIVERSARIO CHCSJ
    Amados hermanas y hermanos de la CHCSJ, invitadas e invitados, por gracia de Dios, continuamos llenos de gozo y alegría celebrando nuestro 9no. Aniversario. Desde el inicio se empezó a manifestar nuestro Carisma Fundacional, la Formación Permanente y después de reunirnos en las casas, el Buen Señor Jesús nos trasladó al Hogar de Ancianos San José, en donde Sor Celia, la directora, a quién Dios bendice, nos acogió en el salón de comedor, en donde se atiende a los sacerdotes que llegan a servir al Hogar. Una imagen del sagrado Corazón de Jesús nos acompañó, durante el tiempo que estuvimos ahí. El padre Lorenzo, salesiano e inquilino del Hogar, se unió a la Comunidad, llenándonos de su sabiduría y caridad. Nos enseñó a través de su testimonio de humildad y amor a Cristo y a su Iglesia Católica. Le agradecemos al Señor por enviarnos a su amado servidor y siempre está el padre Lorenzo en nuestros corazones y oraciones, Dios le bendice padre Lorenzo. Ahí vivimos experiencias valiosas de vida espiritual, compartiendo con Jesús, María Santísima y San José, sentados a sus pies, como buenos discípulos misioneros de Jesús. Ese compartir en comunión, nos ha permitido vivir en Eucaristía y Misericordia, con Jesús, como Jesús y en Jesús.
    En la primera enseñanza fuimos cuestionados en nuestra fe, a través de tres momentos espirituales vividos junto a Santo Tomás Apóstol, quien con su vida, Jesús nos enseñó, en la cita: Juan 20, 29 . “DICHOSOS LOS QUE CREAN SIN HABER VISTO”
    1. El entusiasmo de la fe inicial… “Vamos a morir con Él a Jerusalén”
    2. El compromiso con el seguimiento… No conocemos el camino: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida”
    3. La aceptación por fe, de la revelación de la humanidad y divinidad de Jesucristo Resucitado… ¡Señor mío, Dios mío”. “Dichosos los que creen sin haber visto”
    En la segunda enseñanza fuimos cuestionados, a través de la vida de San Benito Abad, sobre nuestro testimonio de vida, como cristianos católicos, en una época de impiedad y de culturas basadas en las ideologías humanas, unas culturas sin Dios. Recordemos tres momentos espirituales vividos junto a san Benito, dando testimonio en su vida de la enseñanza de Jesús: “VOSOTROS, LOS QUE ME HABÉIS SEGUIDO, RECIBIRÁN 100 VECES MÁS”. Mateo 19, 29
    1. La Cruz de Cristo, el conocimiento de la Palabra de Dios y las Obras de Misericordia. Para San Gregorio es “un astro luminoso” en una época marcada por una grave crisis de valores. Y porque, “sirviéndose de la cruz, de las letras y del arado”, los hijos de San Benito atrajeron a la civilización cristiana «a los pueblos que habitaban desde el mar Mediterráneo hasta las regiones escandinavas y desde Irlanda hasta las tierras de Polonia», el papa Pablo VI declaró a San Benito, en 1964, Patrono principal de Europa.
    2. Creación de Centros de Oración, Formación y de Hospitalidad. Las enseñanzas de San Benito, nacido en Nursia en torno al 480 d.C., son una de las levaduras más fuertes para el nacimiento de la cultura europea, tras la decadencia de la civilización romana. Es el punto de partida para la difusión de centros de oración y de hospitalidad. No es solamente faro del monacato, sino también un manantial providencial para pobres y peregrinos.
    3. La Regla, un manual, un código de oración para la vida monástica y ahora, para nuestra vida laical. A San Benito, hermano de Santa Escolástica, se le atribuyen numerosos milagros. El milagro más duradero del padre de la orden benedictina es la composición de la Regla, escrita en torno al 530 d.C. Es un manual, un código de oración para la vida monástica. El estilo es familiar. Desde el prólogo hasta el último de los 73 capítulos, Benito exhorta a los monjes a aguzar “el oído del corazón” y a “no desesperar nunca de la misericordia de Dios”: «Escucha, hijo, estos preceptos de un maestro, aguza el oído de tu corazón, acoge con gusto esta exhortación de un padre entrañable y ponla en práctica, para que por tu obediencia laboriosa retornes a Dios, del que te habías alejado por tu indolente desobediencia».
    4. Ora et Labora. «La ociosidad escribe San Benito en la Regla es enemiga del alma; por eso han de ocuparse los hermanos a unas horas en el trabajo manual, y a otras, en la lectura divina”. Oración y trabajo no están en contraposición, sino que establecen entre si una relación simbiótica. Sin oración, no es posible el encuentro con Dios. La vida monástica definida por San Benito como «una escuela del servicio del Señor», no puede prescindir del trabajo concreto. El trabajo es una extensión de la oración. «El Señor -recuerda San Benito- espera que respondamos diariamente con obras a sus santos consejos».
    SAN BUENAVENTURA (***).
    “EL PRIMERO ENTRE VOSOTROS SERÁ VUESTRO SERVIDOR” Mateo 23, 11

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