¿Por qué las niñas se consideran menos listas que los niños?

¿Por qué las niñas se consideran menos listas que los niños?
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En 2017 se realizó un estudio publicado en la revista Science, en el que se demostró que, a partir de los 6 años, las niñas perciben a los niños más inteligentes. Incluso piensan, que la ingeniería, la física o las matemáticas son muy difíciles para ellas.
Considerarse menos inteligente es considerarse inferior.
Es realmente llamativo que, a esta edad, ya tengan interiorizada esta creencia, cuando es un hecho constatado, que las niñas destacan más que los niños, a nivel académico, a lo largo de todas las etapas educativas.
Hasta hace bien poco, científicos de renombre afirmaban (e incluso actualmente algún que otro cretino también lo hace) que el cerebro de la mujer es más pequeño y, por eso, somos menos capaces.
O que el cerebro femenino está preparado para que seamos más empáticas.
Mientras que el cerebro masculino está más preparado para entender sistemas
Pura neurobasura.
Si las niñas, a partir de los 6 años, piensan que los niños son más inteligentes, es porque así se lo han hecho creer.
Numerosos científicos y la propia sociedad, han estado siempre muy interesados en la idea de que existe una base biológica de la inferioridad femenina. Por eso, han (y siguen asumiendo), que las mujeres tenemos cerebros más pequeños.
Sin embargo, lo que ocurre, es que, como somos más pequeñas, todos los órganos también lo son.
Como decía Gardner, si el tamaño del cerebro fuera un indicador de inteligencia, los humanos no seríamos la especie más inteligente, lo serían las ballenas.
Los medios, el entorno, el centro escolar y la familia (consciente o inconscientemente) nos hace sentir, desde que nacemos, que somos menos.
Igualmente nos señalan nuestra función vital: Estar muy buenorras, trabajar en cosas de cuidar o enseñar y porqué no, ser científicas, pero bien sexualizadas o un tanto frikis o solitarias.
Alos hombres se les asocia habilidades intelectuales, brillantez, genialidad, etc.
Las diferencias en el comportamiento (que no capacidades, porque no las hay) de mujeres y hombres tienen más que ver con la influencia del ambiente.
Ya sabemos que los cerebros son plásticos y moldeables.
¿A qué siguen jugando las niñas? A cuidar muñecas, a cocinar y comprar tomates.
¿Y los niños? A apagar fuegos, a viajar al espacio y construir edificios.
Hay una gran diferencia entre comprar 3 kilos de tomates y construir un edificio.
Esta visión de la educación tiene que cambiar.
Necesitamos tomar conciencia.