PÍDELE LA SABIDURÍA PARA CUMPLIR SU PROPÓSITO

Reflexión Diaria - PÍDELE LA SABIDURÍA PARA CUMPLIR SU PROPÓSITO
1 Reyes 3
8 Soy tu siervo en medio de tu pueblo, a quien tú elegiste. Es una nación tan numerosa que nadie la puede contar. 9 Dame a mí, tu siervo, una mente que entienda cómo gobernar a tu pueblo y que sepa la diferencia entre el bien y el mal. ¿Quién será capaz de gobernar tu pueblo tan numeroso?»
Meditar en la vida del rey Salomón siempre será sumamente instructivo y edificante, pues tanto en sus aciertos como en sus errores tenemos enseñanzas que ameritan ser aprendidas; máxime, si consideramos que según la Escritura, Salomón llegó a ser el hombre más sabio y rico de la historia de la humanidad; y aquí en los versos en que meditamos hoy, pareciera que podemos encontrar uno de los episodios clave de su vida, dado que siendo aún muy joven, incluso, ignorando muchos aspectos de Dios, con una fe prácticamente heredada, _*demostrando que él amaba al SEÑOR al obedecer todo lo que su papá David le dijo*_, lo encontramos aquí, demostrando reconocerse como un siervo de Dios, es decir reconociendo en Él la propiedad y como suya la función de cumplir el propósito que Él le daba, pero al tiempo, exponiéndose en vulnerabilidad al reconocer su incapacidad de cumplir dicho propósito, y clamando por recibir de Dios lo necesario para ser exitoso en la tarea que le habia sido encomendada.
Claro que admirar e incluso desear para ti, al menos una fracción de la bendición en términos de sabiduría y riqueza es totalmente entendible; sin embargo, no te limites a lo que se esperaría de cualquiera, en lugar de ello, ven y observa de donde vino tal bendición, fíjate en que fue aquello que causó agrado al Señor y que lo motivó a conceder no solo la petición inicial contenida en estos versos, sino riquezas, fama y una larga vida; y adopta, más que por interés en lo segundo, de modo genuino como debe ser ante Aquel que mira el corazón, esa actitud de sujeción absoluta de aquel joven que siendo rey ante los hombres, se reconocía como esclavo de Dios, de ese, que aunque había heredado posición y posesiones terrenales, declaraba que el pueblo era de Dios y no suyo, y desde esa posición de mayordomo, que anhela honestamente ser fiel a tu identidad y llamado, pide la sabiduría necesaria para cumplir el propósito que Papá definió para ti, y que te brinde la capacidad de entender y obedecer Sus mandatos; pídele incluso, que no sea el amor al dinero, a la fama o al placer y satisfacción que ello produce, lo que te motive, y con un corazón purificado por Él, avanza y recibe todo lo que necesites para tener una vida de verdadera victoria.
Que tengas un día grandioso.