Apostolado y Sacramentos

El primer domingo de julio se lleva a cabo el Servicio Divino en ayuda para los difuntos, que muestra que la voluntad de salvación de Dios no tiene límites. Aquí y allá, la gracia y la salvación únicamente son posibles por medio de la fe en Jesucristo.
El segundo Servicio Divino hace referencia al ministerio de Apóstol, reconociendo su naturaleza humana pero también su misión de dar testimonio del Evangelio de la muerte, resurrección y retorno de Jesucristo. Ese día se recuerda el 14 de julio de 1835, cuando nuevamente fue ocupado el ministerio de Apóstol.
Los siguientes domingos se reflexionará sobre dos Sacramentos estrechamente relacionados.
El Santo Bautismo con Agua: en primer lugar, el bautizado se convierte en parte de la Iglesia de Cristo y de las promesas que se aplican a la Iglesia. El Bautismo implica también confesarse a Jesús y a su Evangelio con palabras y acciones.
Esto se complementa con la transmisión del don del Espíritu Santo: quienes han renacido de agua y Espíritu también son llamados hijos de Dios. Él nos ama, quiere que desarrollemos la unanimidad y orientemos nuestra vida al retorno de Cristo.