pero en cuanto el alcaide la vio, todos se quedaron boquiabiertos: nadie se lo esperaba...

- Lo siento por comportarnos así. Papá y yo estamos teniendo algunas discusiones. Prometemos no pelear más, lo juro.
- ¿Se reconciliarán y vivirán juntos de nuevo? - preguntó la niña en voz baja.
Luz suspiró y abrazó con fuerza a su hija. No podía mentirle. Tenía que decirle la verdad completa.
- No, cariño, papá y yo ya no viviremos juntos. Pero te amamos mucho y queremos que estés bien. Te lo prometo, todo estará bien, solo necesitamos ser pacientes, solo un poco.
Valeriana se quedó en silencio. Luz miró la pared, donde colgaba una fotografía de su madre.
Ella había nacido en un pueblo, se mudó a la ciudad en busca de la felicidad y luego se casó.