Homenaje póstumo al Lcdo. Carlos Bracho, Director de la Escuela de Danzas Aves del Paraíso.

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  • čas přidán 6. 09. 2024
  • Carta a un amado hermano: Carlos Bracho
    Muy querido y entrañable hermano, hace más de 20 años,
    Dios permitió que nos encontráramos en esta vida.
    ¡Qué día tan bonito! fue el inicio de una profunda
    amistad que perdurará en el tiempo.
    Eres y serás el ejemplo de amor y solidaridad,
    de esperanza y compartir. Organizado al extremo
    y excelente maestro que daba el todo por el todo.
    Sincero, consejero y empeñoso en lograr sus metas;
    Su tesón espiritual y profesional lo hizo padre
    de muchas hijas e hijos que compartieron con él
    su pasión y amor por el arte de la danza. Todos
    somos seres humanos que nos empeñamos en ver los
    defectos de otros, pero este hermano mío colocaba
    primero con sus ojos de maestro y amigo, las virtudes
    de todo el que se acercaba a buscar en él respuestas,
    y las encontraban.
    El profesor Carlos como lo llamaban sus bailarines era
    el maestro de la excelencia. Sus enseñanzas artísticas
    florecen en su amada escuela Aves del Paraíso. Trabajador,
    honrado perfeccionista y consecuente, siempre presente
    para animar y difundir los valores primordiales del ser
    humano tanto cristianos como ciudadanos.
    Este hombre, padre, amigo, compañero, profesional,
    empeñoso, constante, buen hijo, tantas cosas que opacan
    cualquier defecto, era y será mi amigo Carlos Bracho.
    Quisiera que todo el mundo conociera la persona que
    fue detrás de su coraza de seriedad, en porte elegante
    y figura impecable, está el verdadero ser que tuve
    el gusto y el honor de conocer, humilde y sencillo
    de corazón, afectuoso, solidario y fiel hasta el final
    de sus días, cuando entregó su alma al Creador, tal como
    él le pidió a Dios que fuera, así fue.
    Mi amado hermano bello: por siempre te llevaremos en
    nuestros corazones, como un tatuaje, que Dios te bendiga
    siempre y la Virgen María te tome de su mano y te de la
    felicidad de presentarte ante Jesús, me imagino que te
    sentirás lleno de paz y felicidad, así lo deseamos
    buen hermano.
    Feliz Viaje, feliz vuelo, Ave danzante que en tu raudo
    vuelo al cielo, te adornen tus buenas obras.
    Te amamos, Carlos. Descansa en paz, ¡Amén!.

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