Rafael de León 7 mejores poemas

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  • čas přidán 16. 12. 2022
  • Contiene:
    00:03 Duda
    00:57 Romance
    03:54 Pena y alegría del amor
    07:37 Trigo limpio
    11:00 Romance del hijo que no tuvimos
    14:54 ¿Me da usté candela?
    20:25 Profecía
    Poesía, cuentos y narraciones en la voz de Tomás Galindo.

Komentáře • 18

  • @mercedessanchez2141
    @mercedessanchez2141 Před 2 měsíci +1

    Extraordinario Rafael de León!!!! Mil veces gracias x regalarnos su genialidad. QEPD 👏👏👏👏👏🙏🙏🙏🙏🇪🇸

  • @angelitaramallo2486
    @angelitaramallo2486 Před 3 měsíci +2

    Que sorpresa hermosa!!!!!
    Encontrar a mi poeta !!!!!!
    Me muero con Rafael de León!!!!!!

  • @maricruznevot
    @maricruznevot Před 3 měsíci +3

    Impresionante e insuperable.

  • @user-fh2xi8xu5z
    @user-fh2xi8xu5z Před 8 měsíci +4

    Único Rafael de León,hermosas poesias me encantan

  • @luciavilla4013
    @luciavilla4013 Před 10 měsíci +3

    Fabuloso RAFAEL DE LEON

  • @lolacazorla7217
    @lolacazorla7217 Před 9 měsíci +3

    Que Grande Rafael de León.
    Que poesía más bonita me encanta.
    D.E.P 🌹💙😇

  • @teresaibarra2686
    @teresaibarra2686 Před rokem +3

    ¡¡¡Qué pasión, emociona profundamente....!!!!

  • @elshaddainisi
    @elshaddainisi Před rokem +4

    Simplemente Una delicia cada una de sus frases, sus palabras, me producen una explosión de emociónes y sentimientos tan reales y vívidos, que pareciera ser yo el mismísimo protagonista de cada poema 👏👏👏👏❤️❤️❤️❤️

  • @andresbravo910
    @andresbravo910 Před 7 měsíci +2

    Sin palabras, un genio .❤

  • @ErnestoR.
    @ErnestoR. Před rokem +4

    1. Duda
    ¿Por qué tienes ojeras esta tarde?
    ¿Dónde estabas, amor, de madrugada,
    cuando busqué tu palidez cobarde
    en la nieve sin sol de la almohada?
    Tienes la línea de los labios fría,
    fría por algún beso mal pagado;
    beso que yo no sé quién te daría,
    pero que estoy seguro que te han dado.
    ¿Qué terciopelo negro te amorena
    el perfil de tus ojos de buen trigo?
    ¿Qué azul de vena o mapa te condena
    al látigo de miel de mi castigo?
    ¿Y por qué me causaste esta pena
    si sabes, ¡ay amor! que soy tu amigo?
    2. Romance
    Yo me acerqué hasta tu vera
    con miedo, ¿por qué negarlo?
    En las sienes me latían
    cincuenta y dos desengaños;
    gris de paisaje en los ojos,
    risas sin sol en los labios,
    y el corazón jadeante
    como un pájaro cansado.
    Yo me acerqué hasta tu vera
    con miedo, ¿por qué negarlo?
    Te reventaba en la boca
    un clavel de veinte años
    y en la mejilla un suave
    melocotón sonrosado.
    Cuando dijiste: «Te quiero»
    fue tu voz igual que un caño
    de agua fresca en una tarde
    calurosa de verano.
    Se me echó encima el cariño
    lo mismo que un toro bravo
    y quedé sobre la arena
    muerto de amor y sangrando
    por cuatro besos lentísimos
    que me brindaron tus labios.
    De la sien a la cintura,
    de la garganta al costado.
    ¡Qué boda sin requilorios
    sobre la hierba del campo!
    ¡Qué marcha nupcial cantaba
    el viento sobre los álamos!
    ¡Qué luna grande y redonda
    iluminó nuestro abrazo,
    y qué olor el de tu cuerpo
    a trigo recién cortado!
    El pueblo, a las dos semanas
    hizo lengua en los colmados,
    en las barandas del río,
    en la azotea, en los patios,
    en las mesas del casino
    y en los surcos del arado:
    «Un hombre que peina canas
    y que le dobla los años».
    Es cierto que peino canas
    pero en cambio, cuando abrazo
    soy lo mismo que un olivo,
    igual que un ciprés sonámbulo,
    Cristobalón de aguas puras
    que atraviesa el río a nado
    si ve en la orilla unos ojos
    o una boca hecha de nardos,
    para cortarle el suspiro
    con el calor de mis labios.
    Que me escupan en la frente,
    que me pregonen en bandos,
    que vayan diciendo y digan.
    Tú conmigo; yo a tu lado
    respirando de tu aliento,
    yendo al compás de tus pasos,
    refrescándome las sienes
    en la palma de tu mano.
    Centinela de tus sueños,
    hombro para tu descanso,
    Cirineo de tus penas
    Y San Juan de tu calvario
    para quererte y tenerte
    en la noche de mis brazos.
    ¡¿Qué importa que haya cumplido
    cincuenta y pico de años?!
    ¿En qué código de amores,
    en qué partida de cargos,
    hay leyes que determinen
    la edad del enamorado?
    En cariños no hay fronteras,
    ni senderos, ni vallados,
    que el cariño es como un monte
    con un letrero en lo alto
    que dice sólo: «Te quiero»
    Y colorín colorado.

    • @ErnestoR.
      @ErnestoR. Před rokem

      3. Pena y alegría del amor
      Mira cómo se me pone
      la piel cuando te recuerdo.
      Por la garganta me sube
      un río de sangre fresco
      de la herida que atraviesa
      de parte a parte mi cuerpo.
      Tengo clavos en las manos
      y cuchillos en los dedos
      y en mi sien una corona
      hecha de alfileres negros.
      Mira cómo se me pone
      la piel ca vez que me acuerdo
      que soy un hombre casao
      y sin embargo, te quiero.
      Entre tu casa y mi casa
      hay un muro de silencio,
      de ortigas y de chumberas,
      de cal, de arena, de viento,
      de madreselvas oscuras
      y de vidrios en acecho.
      Un muro para que nunca
      lo pueda saltar el pueblo
      que anda rondando la llave
      que guarda nuestro secreto.
      ¡Y yo sé bien que me quieres!
      ¡Y tú sabes que te quiero!
      Y lo sabemos los dos
      y nadie puede saberlo.
      ¡Ay, pena, penita, pena
      de nuestro amor en silencio!
      ¡Ay, alegría, alegría,
      quererte como te quiero!
      Cuando por la noche a solas
      me quedo con tu recuerdo
      derribaría la pared
      que separa nuestro sueño,
      rompería con mis manos
      de tu cancela los hierros,
      con tal de verme a tu vera,
      tormento de mis tormentos,
      y te estaría besando
      hasta quitarte el aliento.
      Y luego, qué se me daba
      quedarme en tus brazos muerto.
      ¡Ay, qué alegría y qué pena
      quererte como te quiero!
      Nuestro amor es agonía,
      luto, angustia, llanto, miedo,
      muerte, pena, sangre, vida,
      luna, rosa, sol y viento.
      Es morirse a cada paso
      y seguir viviendo luego
      con una espada de punta
      siempre pendiente del techo.
      Salgo de mi casa al campo
      sólo con tu pensamiento,
      para acariciar a solas
      la tela de aquel pañuelo
      que se te cayó un domingo
      cuando venías del pueblo
      y que no te he dicho nunca,
      mi vida, que yo lo tengo.
      Y lo estrujo entre mis manos
      lo mismo que un limón nuevo,
      y miro tus iniciales
      y las repito en silencio
      para que ni el campo sepa
      lo que yo te estoy queriendo.
      Ayer, en la Plaza Nueva,
      —vida, no vuelvas a hacerlo—
      te vi besar a mi niño,
      a mi niño el más pequeño,
      y cómo lo besarías
      —¡ay, Virgen de los Remedios!—
      que fue la primera vez
      que a mí me distes un beso.
      Llegué corriendo a mi casa,
      alcé mi niño del suelo
      y sin que nadie me viera,
      como un ladrón en acecho,
      en su cara de amapola
      mordió mi boca tu beso.
      ¡Ay, qué alegría y qué pena
      quererte como te quiero!
      Mira, pase lo que pase,
      aunque se hunda el firmamento,
      aunque tu nombre y el mío
      lo pisoteen por el suelo,
      y aunque la tierra se abra
      y aun cuando lo sepa el pueblo
      y ponga nuestra bandera
      de amor a los cuatro vientos,
      sígueme queriendo así,
      tormento de mis tormentos.
      ¡Ay, qué alegría y qué pena
      quererte como te quiero!

    • @ErnestoR.
      @ErnestoR. Před rokem

      4. Trigo limpio
      María Manuela, ¿me escuchas?
      Yo de vestíos no entiendo,
      pero... ¿te gusta de veras
      ese que te estás poniendo?
      Tan fino, tan transparente,
      tan escaso y tan ceñío,
      que a lo mejor por la calle
      te vas a morir de frío.
      Te sienta que eres un cromo,
      pero cámbiate de ropa,
      si es un instante, lo justo
      mientras me tomo esta copa.
      Ponte el de cuello cerrao
      que te está de maravilla
      y que te llega dos cuartas
      por bajo de la rodilla.
      Cada vez que te lo pones
      te encuentro tan elegante
      que dentro de mí murmuran
      los duendecillos de un cante.
      "La rosa que me entregaron
      al pie del altar mayor
      lleva las sayas cumplías
      y nadie le ve el color".
      Pero antes de que te vistas
      coge un poco de agua clara
      y afuera los melinotes
      que te embadurnan la cara;
      ni más carmín, ni más cremas,
      ni más tintes en el pelo;
      no te aguanto más colores
      que los que te puso el cielo.
      Se acabó enseñar las piernas,
      y los brazos, y el escote,
      y el rostro no te lo pintes
      ni aunque te salga bigote;
      que te hizo Dios tan hermosa
      como una rosa temprana
      y se va a enfadar contigo
      por enmendarle la plana.
      Y a tu prima le devuelves
      la pulsera de brillante,
      son mucho lujo esas piedras
      pa la mujer de un tratante.
      Te quiero guapa y sencilla
      como yo te conocí,
      no tienes que engalanarte
      pa nadie más que pa mí.
      Ni más zapatos de Gilda,
      Ni más turbantes de raso;
      para presumir te sobra
      con cogerte de mi braso;
      y como un día te vea
      que enciendes un cigarrillo
      vas a echar, entrañas mías,
      el humo por los tobillos.
      No quiero que me pregunten
      "Esa gachona, ¿quién es?,
      ¿una secretaria de esas
      que beben champán francés?"
      Ni tú eres mujer moderna
      ni quiero que lo aparentes
      que yo te prefiero antigua
      y oliendo a mujer decente.
      Que con el triguito limpio
      toito er mundo te compare,
      que por defuera y por dentro
      te parezcas a mi mare.
      ¿Te cambiaste ya el vestío?
      Pues andando p'al teatro,
      ya verás tú con qué envidia
      nos contemplan más de cuatro:
      "¡Vaya un marío con suerte
      y una mujer bien plantá,
      es una vara de nardos
      con la carita lavá!".
      Y al salir yo te prometo
      cantarte por alegrías,
      lo mismo que te cantaba
      cuando tú eras novia mía:
      "Mi novia es la más hermosa
      y no se pinta la cara
      la tiene como una rosa
      tan sólo con agua clara"
      El barco de mis amores
      no tiene más que una vela
      remendaita y graciosa
      igual que María Manuela

      Se conforma mi niña con un vestío
      y le basta y le sobra con un marío.
      De percal que se ponga,
      ¡viva el salero!,
      es mi María Manuela
      la reina del mundo entero

    • @ErnestoR.
      @ErnestoR. Před rokem

      5. Romance del hijo que no tuvimos
      Hubiera podido ser
      hermoso como un jacinto
      con tus ojos y tu boca
      y tu piel color de trigo,
      pero con un corazón
      grande y loco como el mío.
      Hubiera podido ir,
      las tardes de los domingos,
      de mi mano y de la tuya,
      con su traje de marino,
      luciendo un ancla en el brazo
      y en la gorra un nombre antiguo.
      Hubiera salido a ti
      en lo dulce y en lo vivo,
      en lo abierto de la risa
      y en lo claro del instinto,
      y a mí... tal vez en que saliera
      en lo triste y en lo lírico,
      y en esta torpe manera
      de verlo todo distinto.
      ¡Ay, qué cuarto con juguetes,
      amor, hubiera tenido!
      Tres caballos, dos espadas,
      un carro verde de pino,
      un tren con cuatro estaciones,
      un barco, un pájaro, un nido,
      y cien soldados de plomo,
      de plata y oro vestidos.
      ¡Ay, qué cuarto con juguetes,
      amor, hubiera tenido!
      ¿Te acuerdas de aquella tarde,
      bajo el verde de los pinos,
      que me dijiste: —¡Qué gloria
      cuando tengamos un hijo!?
      Y temblaba tu cintura
      como un palomo cautivo,
      y nueve lunas de sombra
      brillaban en tu delirio.
      Yo te escuchaba, distante,
      entre mis versos perdido,
      pero sentí por la espalda
      correr un escalofrío...
      Y repetí como un eco:
      «¡Cuando tengamos un hijo!...»
      Tú, entre sueños, ya cantabas
      nanas de sierra y tomillo,
      e ibas lavando pañales
      por las orillas de un río.
      Yo, arquitecto de ilusiones
      levantaba en equilibrio
      una torre de esperanzas
      con un balcón de suspiros.
      ¡Ay, qué gloria, amor, qué gloria
      cuando tengamos un hijo!
      En tu cómoda de cedro
      nuestro ajuar se quedó frío,
      entre azucena y manzana,
      entre romero y membrillo.
      ¡Qué pálidos los encajes,
      qué sin gracia los vestidos,
      qué sin olor los pañuelos
      y qué sin sangre el cariño!
      Tu velo blanco de novia,
      por tu olvido y por mi olvido,
      fue un camino de Santiago,
      doloroso y amarillo.
      Tú te has casado con otro,
      yo con otra hice lo mismo;
      juramentos y palabras
      están secos y marchitos
      en un antiguo almanaque
      sin sábados ni domingos.
      Ahora bajas al paseo,
      rodeada de tus hijos,
      dando el brazo a... la levita
      que se pone tu marido.
      Te llaman doña Manuela,
      llevas guantes y abanico,
      y tres papadas te cortan
      en la garganta el suspiro.
      Nos saludamos de lejos,
      como dos desconocidos;
      tu marido sube y baja
      la chistera; yo me inclino,
      y tú sonríes sin gana,
      de un modo triste y ridículo.
      Pero yo no me doy cuenta
      de que hemos envejecido,
      porque te sigo queriendo
      igual o más que al principio.
      Y te veo como entonces,
      con tu cintura de lirio,
      un jazmín entre los dientes,
      de color como el del trigo
      y aquella voz que decía:
      «¡Cuando tengamos un hijo!...»
      Y en esas tardes de lluvia,
      cuando mueves los bolillos,
      y yo paso por tu calle
      con mi pena y con mi libro
      dices, temblando, entre dientes,
      arropada en los visillos:
      «¡Ay, si yo con ese hombre
      hubiera tenido un hijo!...»

    • @ErnestoR.
      @ErnestoR. Před rokem +1

      6. ¿Me da usté candela?
      Perdone “usté” caballero.
      ¿Quiere “usté” darme candela?
      ¡Mil grasias!

      El farolero que ensiende
      esta callejuela
      parese que sa dormío,
      no es sitio mu de mi gusto
      tan solo... tan escondío...
      ¡como pa llevarse un susto!

      Claro que pa dos valientes
      que sargan desafíaos...
      este es un sitio imponente,
      y pa los enamoraos.

      Cuando la luz se retira
      y viene ya anochesiendo
      y el va disiendo mentiras
      y ella se las va creyendo.

      ¡Que casualiá señores!
      a “usté” lo conozco yo,
      “usté” no se llama Flores
      y vive en Amor de Dios?

      ¿Dónde lo he visto yo a “usté”?
      ¿tal vez en la barbería...?
      ¿o en la Puerta de Jere...?
      ¿o en una fotografía
      sobre un marco mu bonito
      de peluche carmesí y escrito...?

      - A mi Rosarito de su “nene”
      PEDRO LUIS” -

      Es una condisión rara
      que tienen los de mi quinta,
      que contemplando una cara
      ya nunca se nos despinta.

      ¡Si Sevilla es un pañuelo!
      ya ve “usté” que grasia tiene
      yo al pronto dije un “mochuelo”
      y resulta que es er “nene”.

      Con su buen sigarro puro,
      su tirilla armidoná
      y metiéndose en lo oscuro
      como un hombre de verdá.

      Y es que por esta calleja
      se acorta pa Puerta Osario
      pero allí no está la reja
      de esa muchacha Rosario.

      Allí hay unos ojos verdes
      de bicho de mal agüero
      que el que los mira se pierde
      ¡no vaya “usté” compañero!

      Esa Mari Juana Sánchez
      que le espera en el saguán
      tiene ya cuatro renganches
      y sabe mas que briján.

      Con esto yo no le quito
      que vaya “usté” donde quiera
      to pué ser que Rosarito
      cuando se entere... se muera.

      Pero claro “usté” es un “nene”
      grasioso y enamorao
      con buen tipo, muchos bienes
      y novias por tós los laos.

      Rosario... una menudensia,
      bonitilla y sin parné...
      pero tiene mas desensia
      que toa su casta de “usté”.

      Y da la casualiá
      que desde que ella a nasío
      cuando tiene que firmá
      firma con mis apellíos.

      ¡Del coló de la senisa
      se le pone a “usté” el semblante!
      y es que el corasón le avisa
      de lo que tiene delante.

      Si señó, un banderillero
      que estaba aye en Venesuela
      y hoy es er duende primero
      de esta oscura callejuela.

      Y se tropiesa a un tal Flores
      tan siego y tan temerario
      que le está mintiendo amores
      a esa muchacha... Rosario.

      Y el duende con voz muy baja
      se acerca y le dice ar tal:
      “encárgate la mortaja
      si güelvo a verla llorar”.

      ¿Porqué te callas? ¿qué piensas?
      ¡creí que eras mas valiente!
      ¿o es que ya te da vergüensa
      burlarte de una inosente?

      A Dios del Cielo le pío
      que te pongas en rasón
      porque tengo desidío
      buscarme la perdisión.

      Porque...¡ese nardo! ¡ese lirio!
      que a ti tanto te divierte
      lo quiero yo...¡con delirio!
      ¡con fatiguitas de muerte!

      Porque es la viva pintura
      de una Santa que murió
      dejándome esa criatura
      pa que la criara yo.

      Y he sembrao el mundo entero
      de pares de banderillas
      para ponerle en Enero
      los Reyes a mi chiquilla.

      Pa que ahora venga un tunante
      le jure y ella lo crea
      y así que se acabe el cante
      buenas noches y ahí te queas.

      Al que quiera intentar eso
      con la flor de mis entrañas
      le pongo el pié en el pescueso
      lo mismo que a una alimaña.

      Si se casa “usté” algún día
      y el Cielo le da un chavá
      dirá: ¡que rasón tenía
      el que me quiso matá!

      Que a eso namás he venío
      pa que andarse con pamplinas
      en justisia yo he debío
      clavarlo a “usté” en una esquina.

      Pero en fin... de “usté” depende,
      le conozco y “usté” a mí
      y aquel que a mi niña ofende
      que se ponga a bien morir.

      ¿Se va “usté” pa Puerta Osario?
      no se meta “usté” en belenes
      yo me voy con mi Rosario...
      mi Rosario... con Dios “nene”.

    • @ErnestoR.
      @ErnestoR. Před rokem +1

      7. Profecía
      «Y me bendijo a mi mare;
      y me bendijo a mi mare.
      Diez séntimos le di a un pobre
      y me bendijo a mi mare.
      ¡Ay! qué limosna tan chiquita,
      qué recompensa tan grande.
      ¡Qué limosna tan chiquita,
      qué recompensa tan grande!»
      ¿A dónde vas tan deprisa
      sin desirme ni ¡con Dió!?
      Me puedes mirá de frente,
      que estoy enterao de tó.
      Me lo contaron ayer
      las lenguas de doble filo,
      que te casaste hase un mes
      y me quedé tan tranquilo.
      Otro cualquiera en mi caso,
      se hubiera echao a llorar,
      yo, crusándome de brasos
      dije que me daba iguá.
      Y ná de pegarme un tiro
      ni liarme a mardisiones
      ni apedrear con suspiros
      los vidrios de tus balcones.
      ¿Que te has casao? ¡Buena suerte!
      Vive sien años contenta
      y a la hora de la muerte,
      Dios no te lo tenga en cuenta.
      Que si al pie de los artares
      mi nombre se te borró,
      por la gloria de mi mare
      que no te guardo rencor.
      Porque sin ser tu mardo,
      ni tu novio, ni tu amante,
      yo fui quien más te ha querido,
      con eso tengo bastante.
      Y haciendo un poco de historia,
      nos volveremos atrás,
      para recordar la gloria
      de mis días de chaval.
      -¿Qué tiene el niño, Malena?
      Que anda como trastornao,
      tiene carilla de pena
      y el colorcillo quebrao.
      Y ya no juega a la tropa,
      ni tira piedras al río,
      ni se destroza la ropa
      subiéndose a coger níos.
      ¿No te parece a ti extraño?
      No es una cosa muy rara
      que un chaval de doce años
      lleve tan triste la cara?...
      Mira que soy perro viejo
      y estás demasiao tranquila:
      ¿Quieres que te dé un consejo?
      Vigila, mujer, ¡vigila!
      (Y fueron dos centinelas
      los ojitos de mi mare):
      -Cuando sale de la escuela
      se va pa los Olivares.
      -Y ¿qué busca allí?
      -Una niña. Tendrá el mismo tiempo que él.
      José Miguel, no le riñas,
      que está empezando a querer.
      Mi pare encendió un pitillo,
      se enteró bien de tu nombre,
      te regaló unos zarcillos
      y a mí un pantalón de hombre.
      Yo no te dije ¡te adoro!
      pero amarré en tu balcón
      mi lazo de seda y oro
      de primera comunión.
      Y tú, fina y orgullosa,
      me ofreciste en recompensa
      dos cintas de color de rosa
      que engalanaban tus trenzas.
      - Voy a misa con mis primos.
      - Bueno, te veré en la Ermita.
      Y qué serios nos pusimos
      al darte el agua bendita.
      Mas luego en el campanario,
      cuando rompimos a hablar:
      - Dice mi tiíta Rosario
      que la cigüeña es sagrá,
      y el colorín, y la fuente,
      y las flores, y el rocío,
      y aquel torito valiente
      que está bebiendo en el río,
      y el bronce de esta campana
      y el romero de los montes
      y aquella línea lejana
      que la llaman horizonte.
      ¡Tó es sagrao: tierra y cielo,
      porque así lo quiso Dios.
      ¿Qué te gusta más? ¡Tu pelo!
      ¡Qué bonito me salió!
      - Pues, ¿y tu boca, y tu brazo,
      y tus manos redonditas,
      y tus pies fingiendo el paso
      de las palomas zuritas?
      Con la pureza de un copo
      de nieve te comparé;
      te revestí de piropos
      de la cabeza a los pies.
      Y a la vuelta te hice un ramo
      de pitiminí precioso.
      Y luego nos retratamos
      en las agüitas del pozo.
      Y hablando de estas pamplinas
      que inventan las criaturas,
      llegamos hasta tu esquina
      cogíos por la cintura.
      Yo te pregunté: -¿En qué piensas?
      Tú dijiste: -En darte un beso.
      Y yo sentí una vergüenza
      que me caló hasta los huesos.
      De noche, muertos de luna,
      nos vimos por la ventana.
      -¡Chis!... Mi hermanillo está en la cuna,
      le estoy cantando una nana.
      "Quítate de la esquina,
      chiquillo loco,
      que mi mare no quiere
      ni yo tampoco."
      Y mientras que tú cantabas
      yo, inocente pensé
      que nos casaba la luna
      como a marío y mujer.
      ¡Pamplinas! Figuraciones
      que se inventan los chavales,
      después la vida se impone:
      tanto tienes, -tanto vales.
      Por eso, yo al enterarme
      que llevas un mes casá,
      no dije que iba a matarme,
      sino que me daba iguá.
      Mas como es rico tu dueño,
      te vendo esta profecía:
      Tú, por la noche, entre sueños
      soñarás que me querías,
      y recordarás la tarde
      que mi boca te besó.
      Y te llamarás ¡Cobarde!
      como te lo llamo yo,
      y verás, sueña que sueña,
      que me morí siendo chico.
      Y se llevó la cigüeña
      mi corazón en su pico.
      Pensarás: no es sierto ná.
      Yo sé que lo estoy soñando.
      Pero allá en la madrugá
      te despertarás llorando,
      por el que no es tu marío,
      ni tu novio, ni tu amante,
      sino el que más te ha querío:
      y con eso tengo bastante.
      Por lo demás, tó se orvía.
      Verás cómo Dios te manda
      un hijo como una estrella.
      Avísame deseguía,
      me servirá de alegría
      cantarle la nana aquella:
      "Quítate de la esquina,
      chiquillo loco,
      que mi mare no quiere
      ni yo tampoco."
      Pensarás: No es sierto ná.
      Yo sé que lo estoy soñando".
      Pero allá en la madrugá
      te despertarás llorando
      porque sin ser tu marío
      ni tu novio, ni tu amante,
      yo soy quien más te ha querío:
      y con eso tengo bastante.

  • @Pzrrzx7754
    @Pzrrzx7754 Před rokem

    Esta señora canta de una manera muy grotesca la verdad siento pena nada que ver con La Piquer o las verdaderas divas Españolas