Foos Ana - Mi amor por Hiroshima. Dedicado a Roberto Gomensoro, 1995

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  • čas přidán 10. 09. 2024
  • Las realizaciones de Ana Foos se insertan en la renovación del textil que se dio fuertemente en Argentina a partir de los años 80. Esto puede observarse en el desarrollo de su producción y en la incorporación de nuevas técnicas que modificaron sustancialmente algunas concepciones sobre los llamados “tapices”. El mundo de la impresión, fondos de diferentes calidades matéricas, ya sean flexibles, duros, e incluso el papel hecho a mano, fueron sustituyendo el concepto de bidimensionalidad. Así, fue liberándose paulatinamente de nociones tradicionales para incorporar nuevas ideas en la relación trama y urdimbre, aún en los tapices realizados con madera o cartón. Es con La trapecista, que Foos realiza la unión de todas las artes decorativas como decía el manifiesto de la Bauhaus.
    Con un largo de diez metros por setenta centímetros de ancho, La Trapecista dista de ser una novata en esto de andar dando vueltas por el tiempo y el espacio. Se desliza por ambos en el afán de reconocer lugares entrañables, alguna vez visitados, o no. De modo que en su trayecto incansable, giratorio, ese circuito pasa a ser parte de un cuento, de un recoveco, acaso un homenaje. Allí está la Bauhaus en tanto escuela y su manifiesto tan necesario, que por ello vuelve a escribirse una y otra vez a fin de, en cada vuelta, reunir a las artes bajo la vigilancia, a veces severa, a veces laxa, de la arquitectura.
    En 1978, la artista vivía cerca del Monte Sión en Jerusalén. Es en ese momento que su comprensión acerca de situar un afecto en otro lugar la inspira a pensar en realizar una instalación. Fueron sus jornadas de caminatas por estrechos pasillos que se tornaban roperos sin puertas; velas encendidas a un lado; grupos de personas hurgando en la luz de una pantalla el oscuro destino de un familiar perdido, desaparecido.
    Con todas estas y muchas otras piruetas, acrobacias y, por supuesto, caída con y sin red, La Trapecista llega hasta aquí. Según la palabra de la artista “no sabría precisar a cuántos cómplices involucrados en esta acrobacia de la amistad involucré en esta obra. […] Ahora ella y yo estamos aquí. Seguirá girando, lo anhelo, aun cuando ninguno de nosotros estemos. En el tiempo y en el espacio vuelve a hacerme sentir ese momento en que no había amado en vano.”

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