CURSO DE INTERPRETACIÓN DE RADIOGRAFÍA DE TÓRAX: RADIOGRAFÍA TÉCNICAMENTE ACEPTABLE

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  • čas přidán 7. 03. 2021
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    La radiografía convencional se limita a la demostración de cinco densidades básicas que indico de menos densa a más densa:
    En primer lugar, la que aparece con el color más oscuro en la radiografía es la densidad aire. Por el nombre ya sabes a qué hace referencia.
    Un poquito más densa es la densidad grasa, que aparece con un tono de gris ligeramente más claro que el del aire.
    A continuación, se encuentra la densidad de tejidos blandos que es equivalente a la densidad mostrada por los líquidos, por eso no es posible distinguir entre la densidad del músculo cardíaco y la sangre que contiene el corazón.
    La cuarta densidad es más blanca, puesto que absorbe una mayor cantidad de rayos X. Se trata de la denominada densidad calcio, pues es la que corresponde a la mostrada por los huesos.
    Y finalmente la quinta densidad es la que aparece con un tono mucho más blanco en la radiografía, debido a que absorbe la totalidad de los rayos X. Es la denominada densidad metal. Como en el cuerpo no suele haber estructuras con esta densidad, si se detecta entonces es porque es debida a causas artificiales como los medios de contraste radiológicos, las prótesis metálicas o cuerpos extraños como por ejemplo podría ser la bala alojada en el hemitórax derecho en esta radiografía.
    Aprovecho este ejemplo para explicar la importancia en las radiografías de tórax de realizar no solo la proyección frontal sino también la lateral. Así, gracias a la proyección lateral podemos localizar perfectamente la posición de esta bala que, en posición frontal, da la impresión que se encuentra entre el pulmón y el diafragma. En la proyección lateral se puede precisar mejor su localización: alojada en los tejidos blandos de la espalda y alejada, afortunadamente para el paciente, del parénquima pulmonar.
    Existen 5 factores técnicos cuya evaluación es muy útil para determinar si una radiografía de tórax es aceptable.
    Número 1: Penetración.
    La penetración en una radiografía torácica debe ser suficiente para poder visualizar la columna dorsal a través de la silueta cardíaca. Si la penetración es insuficiente, la imagen será demasiado clara y no seremos capaces de visualizar la columna a través del corazón. Esto puede llevar básicamente a dos errores: uno sería que el hemidiafragma izquierdo podría no ser visible en la proyección frontal debido a que la base del pulmón derecho puede aparecer opaca, lo cual podría ocultarnos una enfermedad real pulmonar en esta base. Otro error podría ser que la trama pulmonar normal podría aparecer como mayor de lo habitual, lo cual podría confundirnos con una insuficiencia cardíaca congestiva. Ambos errores podrían solucionarse o bien repitiendo la radiografía, o bien visualizando una proyección lateral bien hecha, claro.
    Número 2: Inspiración.
    Una radiografía excelentemente inspirada debe permitir visualizar correctamente 10 costillas posteriores, aunque con 8 o 9 ya podría ser suficiente para la interpretación de la imagen.
    Número 3. Rotación.
    La radiografía debe estar centrada, pues una rotación significativa puede alterar los contornos esperados del corazón, grandes vasos, hilios y hemidiafragmas. Lo correcto es que la apófisis espinosa vertebral sea equidistante de los extremos mediales de cada clavícula. Si la apófisis espinosa se acerca más al extremo medial de la clavícula izquierda, el paciente presenta rotación hacia su propio lado derecho. Si la apófisis espinosa se acerca más al extremo medial de la clavícula derecha, entonces el paciente presenta rotación hacia su propio lado izquierdo.
    Número 4. La magnificación.
    Este factor técnico depende de si la radiografía es anteroposterior o posteroanterior. . La magnificación es un factor técnico que no afecta a la interpretación del pulmón, pero sí al corazón.
    Y número 5. La angulación.
    La angulación correcta debe ser perpendicular al haz de rayos X, pero en los pacientes hospitalizados es posible que la no sean capaces de mantener la posición erguida con lo que el haz de rayos X puede atravesar el tórax mientras el paciente mantiene la cabeza y el tórax inclinados hacia atrás. Esto provocaría una proyección lordótica apical que induciría a una distorsión de las imágenes, especialmente el corazón, el cual parecería más grande. Se puede identificar perfectamente esta proyección errónea pues las clavículas se localizan por encima se la primera costilla y se han distorsionado perdiendo su forma de S, rectificando su configuración.
    Ante esta defectuosa radiografía quizás lo mejor sería consultar con el radiólogo y según como, repetir el estudio si es posible.

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