El Existencialismo de Sartre

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  • čas přidán 16. 05. 2024
  • FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA@Dr.Jorge_Navarro
    El Existencialismo de Sartre
    El existencialismo es una corriente filosófica de finales del XIX y principios del XX, cuyas influencias van más allá de la Segunda Guerra Mundial. El e. es sucesor de la filosofía de Nietzsche; no existe como teoría filosófica propiamente dicha, más bien es un conjunto de autores que piensan y viven existencialmente. La más clara influencia de Nietzsche es la negación a considerar el hombre en abstracto, o sujeto de categorías metafísicas. No les interesa qué es el hombre (su esencia) sino profundizar en su existencia real y completa.
    Los acontecimientos que dominan la primera mitad del siglo XX (casi 60 millones de muertos entre las dos Guerras Mundiales, las revoluciones rusa y china, las dictaduras en Italia y Alemania, la crisis económica de los años 30 y la energía atómica con fines bélicos) determinaron un proceso de despersonalización según el cual el individuo pierde identidad diluido en una masa social fácilmente manipulable.
    Además las dos corrientes filosóficas predominantes al comenzar el XX (idealismo de origen hegeliano y mecanicismo positivista) habían mantenido el criterio común que considera al sujeto humano como un ser pasivo, carente de esencia y personalidad completas.
    La respuesta existencialista es una protesta contra la despersonalización, considerando al hombre como actor de su propia historia. Quieren abandonar la actitud distante de la filosofía tradicional que analiza al hombre como espectador de los acontecimientos. El e. no quiere ser objetivo ni académico; se declara apasionadamente comprometido con el individuo. En síntesis, otorga prioridad a lo siguiente:
    1.- A la existencia sobre la esencia;
    2.- A la vida sobre la razón (rechaza la abstracción);
    3.- A la praxis sobre la teoría; y
    4.- A la libertad sobre la determinación.
    Sartre identifica la nada con la libertad: el hombre tiene que existir en una actividad, en una serie de actos que él mismo elige para llegar a ser él mismo. La nada puede llegar a ser, porque tiene en ella la posibilidad, la capacidad de realizarse a sí misma. La nada es el hombre. El hombre es angustia, la angustia de la libertad de elección: "estamos condenados a la libertad". En el verso de Machado se reconoce el concepto de libertad existencialista: "se hace camino al andar".
    No existe, desde este punto de vista, más ética que la de la situación, una ética concreta en la que la conciencia de libertad es el fundamento de los valores. La vida no tiene sentido antes de ser vivida, no se justifican por tanto las morales materiales teleológicas.
    La ontología de Sartre se reduce a antropología. No cabe entender al hombre, existencialmente, mas que como subjetividad. No es una subjetividad abstracta (el "yo pienso" cartesiano), sino una subjetividad en la que la existencia concreta es anterior a la esencia. Una subjetividad caracterizada por el compromiso de la realización del proyecto propio.
    Además se entiende como intersubjetividad. Es imposible concebir el "yo" sin el "tú". La libertad es en realidad dialéctica de libertades. Mi libertad de elección se enfrenta con la libertad de elección de los otros. En este contexto se entiende la frase: "el infierno son los otros". La contemplación del ejercicio de la libertad de otros es objetivar o cosificar al otro. Así instalamos en el orden del "ser en sí" a los demás. Al contrario, dialécticamente, en la mirada del otro reconozco mi esclavitud (alienación). Esto genera relacionas conflictivas, que en unos casos buscan la asimilación de la libertad de uno en la del otro, y en otros casos el intento de afrontar desde mi libertad la del otro. Esta lucha conlleva que la experiencia de la libertad pague el precio de la soledad.
    El humanismo existencialista de Sartre no toma como fin al hombre, sino que lo considera siempre fuera de sí mismo, trascendiéndose en la subjetividad (intencionalidad). El hombre, ser para sí, es el legislador y creador de valores, que sustituye a Dios. "El humanismo existencialista es un esfuerzo por sacar todas las consecuencias de una posición atea coherente" que no hunde al hombre en la desesperación.

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