El Algar volverá a ser epicentro de la cultura en octubre con la celebración de Utópolis

El objetivo del Ayuntamiento de Cartagena de llevar la cultura a todos los rincones del municipio se plasmará el próximo mes de octubre, concretamente los días 4, 5 y 6, en El Algar con la celebración de la II edición de la Feria de artes imaginarias Utópolis.
La imagen del festival, obra del artista ecuatoriano Beto Val, y un avance de la programación, se han dado a conocer este jueves 4 de julio en un acto al que ha asistido el concejal de Cultura, Nacho Jáudenes, acompañado por el director general del Instituto de Industrias y Artes Culturales de la Región de Murcia (ICA), Manuel Cebrían, además de Cristina Roca y Jesús Nieto, responsables del festival.
Utópolis vuelve a la localidad cartagenera de El Algar avalado por el éxito de la anterior edición, que convocó a unas 5.000 personas en más de 40 funciones durante 3 días.
Este año, la feria de artes imaginarias se celebrará los días 4, 5 y 6 de octubre siguiendo los mismos ejes de la pasada edición: crear un entorno mágico que ponga en valor lo rural y sirva de escenario a las mejores propuestas artísticas, principalmente escénicas, pero también de artes visuales o musicales, todas ellas en diálogo con el medio ambiente y la vida rural.
De este modo, además de conectar el festival con los habitantes de El Algar también lo hace con su paisaje, “realizando intervenciones artísticas, lumínicas y escénicas en calles, parques, plazas, además de en el Teatro Apolo, eje principal de esta feria”, explicaba Jáudenes.
Por su parte, el director del ICA, hacía hincapié en la importancia de este tipo de iniciativas público-privadas “para crear espacios en los que puedan visibilizarse las artes escénicas”.
Cartel de esta edición
El artista ecuatoriano Beto Val, que ya realizó el cartel de la primera edición de Utópolis, ha creado este año un ser surrealista, mitad pulpo, mitad humano, con alas y un solo ojo.
Los collages de Beto Val nos sumergen en mundos plagados de seres absurdos y excéntricos, pero que de alguna manera nos son familiares y cuya existencia no solo es posible sino necesaria. Su mirada artística refleja la filosofía de la feria, un lugar mágico eco-sostenible y rural donde todo es posible.