Salmos - 25 de Agosto del 2024

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25 DE AGOSTO
SALMO 13
«Señor y Dios mío, mírame y respóndeme; ilumina mis ojos» (SAL. 13:3).
¿Hasta cuándo, Señor ? Esta pregunta no es ajena al sentir de nuestros corazones en algunas ocasiones. Hay momentos donde la vida duele, donde recibimos la peor de las noticias, donde nuestro mayor anhelo pareciera cada vez más distante y donde el dolor se siente más real que cualquier otra cosa.
Temporadas de sufrimientos como estas son comunes en nuestras vidas y, como nos enseña el Salmo 13, también lo fue para grandes hombres de Dios.
En los primeros versos de este salmo observamos cómo el salmista expresa su dolor, sus sentimientos delante de Dios, su corazón dolido y quebrantado. Pero gracias a Dios este salmo no termina solo con la expresión de su dolor. En los últimos versos encontramos la esperanza y el lugar al que deben ser llevados nuestros corazones en nuestro sufrimiento.
Pero yo confío en tu gran amor. A pesar de su dolor, a pesar de su sufrimiento, él decide confiar en el carácter de Dios. En medio de nuestro dolor necesitamos quitar nuestros ojos de nuestras circunstancias y afianzar nuestros corazones en el carácter inmutable de nuestro Señor. Nuestro mundo puede tambalearse, nuestras circunstancias cambiarán, pero Él nunca cambia y en Él podemos decidir confiar aun cuando la vida duele. David puso su confianza en el amor inquebrantable de Dios a pesar de lo quebrantado de su corazón.
El Salmo 13 también nos enseña que podemos encontrar gozo en medio de nuestras peores circunstancias: «Mi corazón se alegra en tu salvación» (v. 5). Lo peor que nos pudo haber pasado ya nos sucedió, fuimos apartados de Dios, éramos Sus enemigos por causa de nuestros pecados. ¿Sabes algo más? ¡Lo mejor que nos pudo haber pasado ya nos sucedió! En Cristo fuimos reconciliados con Dios, por Él y Su obra en la cruz tú y yo podemos regocijarnos en nuestra salvación. Aun en medio del dolor, podemos encontrar gran gozo en la obra de Cristo, podemos encontrar gran gozo en que fuimos salvados de nuestros pecados y que nuestra salvación está segura en Él. ¡No hay nada que nos pueda separar de Su amor! (Rom. 8:39).
Finalmente, este salmo nos recuerda que aun en medio de nuestras peores circunstancias Él nos ha colmado de bienes: «Canto salmos al Señor. ¡El Señor ha sido bueno conmigo!». Dios nos ha bendecido de múltiples formas, solamente necesitamos quitar nuestros ojos de nuestros sufrimientos para poder verlo. Pero la mayor de Sus bendiciones es la cruz, el lugar donde el inocente Jesús murió por el culpable, el lugar donde somos salvados, sanados y donde todo nuestro dolor fue llevado. El lugar que nos ha asegurado cada una de las promesas de Dios.
En medio de tu dolor lleva a tu alma a decidir confiar en Dios, encuentra gozo en Su salvación y cántale porque Él te ha llenado de bienes.
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SALMOS
DEVOCION VESPERTINA
Narrado por: Joyce Vejar
Desde: Arizona, USA
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