Paula Cautiva, Fernando Ayala (1963)

El argumento sigue el relato de Beatriz Guido titulado "La representación" de dos páginas de extensión. Un argentino que emigró a Estados Unidos se encuentra circunstancialmente en la Argentina por asuntos de negocios. Allí contrata a una acompañante, Paula (Susana Freyre), una joven de una familia tradicional pero sin dinero, de la que termina enamorándose.
La transposición representa el pasado, apelando a la memoria del espectador a través de la obra de Esteban Echeverría (quién critica la sociedad porteña de la década de 1830), con la modernización desarrollista de los tempranos años 1960. Surge como resultado del trabajo de transposición hecho por Ayala y Guido, una metáfora de la nueva época que atraviesa Argentina, donde se repite la tensión entre localismo y universalismo, lo cual traducido a términos culturológicos implica una tensión, no resuelta, entre lo directo y lo predeterminado significativamente, entre lo primitivo y lo culto, entre América y Europa.