Recuerdan que en el inicio de la pandemia, cuando las pruebas para detectar el virus variaban en su confiabilidad y el diagnóstico de COVID era una sentencia de aislamiento casi automática, la anosmia se convirtió en un signo muy sugestivo de infección.
Según los datos compartidos por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades el año pasado, alrededor del 34% de los pacientes que contrajeron COVID entre 2020 y 2023 informaron haber perdido el sentido del olfato.
Ahora, según los hallazgos del artículo que analizaremos, parecería que los síntomas puedan estar asociados con alteraciones cerebrales a largo plazo.
En un grupo de personas que presentaron anosmia como uno de sus síntomas de COVID, los autores observaron una asociación entre la pérdida del olfato y la disminución de la actividad funcional durante las tareas de toma de decisiones, además de identificar reducción del grosor cortical
y otras alteraciones estructurales neuronales.
Link del artículo: doi.org/10.1038/s41598-024-69772-y